Marcelo Colombo, hasta ahora obispo de La Rioja y vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Argentina, fue nombrado por el papa Francisco como nuevo arzobispo de la diócesis de Mendoza, una de las más importantes sedes episcopales de la Iglesia Católica en Argentina. El anuncio oficial fue hecho ayer en forma simultánea en Roma y Buenos Aires. Por su trayectoria y por los posicionamientos que ha tenido en los últimos tiempos, el obispo Colombo es un hombre claramente alineado con la línea pastoral de compromiso con las cuestiones sociales que viene impulsando Jorge Bergoglio desde El Vaticano.
Sobre la realidad nacional, Colombo sostuvo que a los obispos “nos preocupan muchos las políticas estatales que tocan el salario de los ancianos, de los jubilados, las pensiones, porque esto pone en riesgo la salud, porque les imposibilita comprarse los medicamentos, hace difícil llegar a fin de mes y además pagar las tarifas”. Y agregó que “el Gobierno debe cuidar a los sectores más carenciados”.
Hablando sobre la situación de la que hasta el momento ha sido su diócesis, La Rioja y, en particular, de la ciudad capital de la provincia, Colombo afirmó que “la situación es dramática porque hay un desborde urbanístico que casi ha duplicado a la ciudad”. Y comentó que “acá en la capital tenemos al padre David Escalzo, en la iglesia Espíritu Santo, del barrio Ferroviario, que reparte 1200 viandas semanales a familias previamente fijadas para darles de comer”. Colombo agregó que también le “preocupa mucho” el interior riojano porque “comienza a sentirse peligrosamente la crisis, hay lugares donde la gente no cena a la noche, toma un ‘yerbiado’ y esto es grave porque tiene incidencia en la salud”.
Para Colombo, “con la quita de retenciones a las mineras y a la soja se ha beneficiado claramente a algunos sectores que estaban en mejores condiciones de afrontar un ajuste y no a los jubilados o los trabajadores”. Según el obispo, ese hecho “es dramático” y subrayó que “hay que cuidar la vida en sentido más amplio”. Dijo también que “hay que repartir más las cargas” porque “hay inquietud y se percibe que los ajustes han comenzado tempranamente para los sectores más vulnerables”.
Colombo (57 años y nacido en Buenos Aires) asumirá la titularidad de la arquidiócesis de Mendoza, un cargo vacante desde el 8 de diciembre pasado por el fallecimiento de quien era su titular, el arzobispo Carlos María Franzini. El nuevo arzobispo mendocino, sacerdote desde 1988 y obispo desde 2008 (primero en Orán y luego en La Rioja, desde 2013) cuenta entre sus antecedentes el de haber sido directo colaborador del obispo Jorge Novak cuando éste se desempeñaba al frente de la diócesis de Quilmes, siendo desde allí uno de los pocos prelados católicos firmemente comprometidos en la defensa de los derechos humanos durante la dictadura militar y luego ya en democracia. Colombo se graduó como abogado en la Universidad de Buenos Aires y posteriormente obtuvo el doctorado en Derecho Canónico. En su destino riojano, Colombo se ocupó personalmente de impulsar el proceso y, en diálogo directo con el Papa, dar pasos importantes para lograr la canonización (reconocimiento como santo) del obispo Enrique Angelelli, asesinado por la dictadura militar el 4 de agosto de 1976. Respecto del avance de esta causa se esperan novedades que podrían producirse en el transcurso de este año.
Acerca de las llamadas “marchas por la vida”, Colombo dijo que “no sólo marchamos por la vida cuando nos expresamos contra el aborto sino también cuando pedimos por fuentes de trabajo, por la situación de los pobres, por los más vulnerables” y recordó que “el papa Francisco nos advierte sobre la cultura del descarte, en particular de los extremos, de los niños y los ancianos”. Reiteró también la disposición de la Iglesia para acompañar a la gente que está sufriendo situaciones difíciles como resultado de la realidad económica.