“Definitivamente este no es el Twitter de un lobo que pretende hacerse pasar por un hombre. No, para nada”, intitula en clave sardónica el sitio Dangerous Minds a cuento de Not a Wolf, la humorística cuenta de un ficcional lobito que, con saco y moño, simula mimetizarse en sociedad cual civilizada persona. Con ocurrentes mensajes en la red del pajarito, que se presta como plataforma para que el mamífero carnicero intente desechar cualquier duda; y falle hilarantemente, cada vez, con una extrañada mirada sobre la humanidad toda. Algunos tuits que invitan a la sospecha: “Los jóvenes usan demasiado sus celulares ¿Quiénes se creen que son, con sus chats sexuales y sus manos funcionales?”, “Ay, sí, trabajo nuevo, nuevo cubículo, nuevos compañeros, nueva esquinita discreta donde marcar mi territorio”, “Fin de semana, tiempo para relajarse, usar mi columna vertebral horizontal y sentarme correctamente en la silla de un bar, usar palabras humanas para bromear con los muchachos”, “Comí tanto puré de papa que olvidé hacer un depósito bancario. Una reflexión claramente humana”.

Obra y gracia de Dan Sheehan -un comediante de stand-up de Chicago, Estados Unidos, conocido por su podcast We Still Like You, donde anónimos comparten historias vergonzosas-,  Not a Wolf tiene unos poquitos años de vida, aunque recientemente alcanzó su pico de popularidad con cientos o miles de retuits, y una marca propia de remeras con estampas del ficcional animal. Al que DS define como una suerte de “filtro social”: “Muchas de las cosas que hacemos cotidianamente son realmente bizarras, y no lo notamos. Si humanos de tiempos pasados nos vieran hoy, pensarían que somos extravagantísimos”. Como lo piensa el lobo suelto, que sigue esforzándose por un hombre con mensajes del tipo: “Un gran estímulo para evitar embriagarte es tener un horrible secreto” o, ya en clave concienzuda, “Que tengan un maravilloso fin de semana en sus estables y sostenibles hogares, a diferencia de la población lobuna a la luz de la deforestación masiva”…