Mauro Icardi queda fuera del Mundial y Wanda Nara, su esposa, da una nota radial en la que por primera vez la escucho hablar de algo diferente a los escándalos relativos a sus situaciones amorosas. En esta oportunidad se explaya de manera clara y concreta sobre las negociaciones que mantuvo con Sampaoli para determinar si su marido formaría o no parte de la selección. En estas declaraciones Wanda maneja a la perfección las sutilezas en dos claros niveles de enunciación, el primero en el que educadamente habla de Sampaoli, profesándole los mas puros deseos de éxito a su equipo, amen de que su marido no forme parte del mismo; y el segundo nivel en el que nos cuenta lo que de verdad quiere que sepamos, que hay otras razones, del orden de lo espúreo, por las que Icardi no estará en la selección.
Se lesiona Romero, el arquero titular no podrá viajar al Mundial, su mujer comenta algo en redes, un tanto críptico, no alcanzando Eliana Guercio todavía los niveles estrategas de Wanda. Pero también deja ver ciertos manejos no justos en la toma de decisiones. Qué bárbaro, manejos oscuros en el fútbol, quién podría imaginarlo. Mientras tanto, el mundo del panelismo deportivo grita como siempre en todos los canales que “las mujeres les llenan la cabeza”. ¿Con qué? Me pregunto. No se sabe. Les cuestiono sobre esto a mis amigos mas duchos en el tema fútbol ¿Con qué le llenan la cabeza? Nadie sabe bien esta parte, pero esas malditas estás arruinándolo todo. Como las brujas eran las culpables de las malas cosechas en la Edad Media, las mujeres de los deportistas suelen ser también las culpables de su bajo rendimiento. Siguen gritando con toda su garganta los periodistas deportivos en sus programas. Se les inflan las venas, exageran, funcionales al show llegan a niveles altísimos de agresión, una agresión agradable parece, ya que nunca nadie se sintió ofendido por la violencia de estos personajes, esta violencia en la tele está bien, es la del fútbol, es la de los muchachos. Son los modos de los muchachos. “Las mujeres deciden todo, les llenan la cabeza”.
Las esposas de los futbolistas son las esposas trofeo por excelencia, son quizás las mujeres mas hermosas de las tierra. Sí, ya sé, que no todas las esposas de los jugadores responden a los mas estrictos canones de belleza! Pero vamos, parece que hubiera un catalogo de donde están eligiendo. No estoy diciendo nada nuevo, ser un hombre exitoso en el ámbito que sea supone un combo, y la esposa de belleza hegemónica está en el paquete. Pero momento, hay un hueco en la matrix: Wanda habla. No solo eso, le maneja la carrera al marido, es la manager, le arregla los contratos, negocia con altos popes del fútbol mundial. Ostenta su dinero en redes y nos muestra su impresionante escote cada vez que puede, sí, lo hace y más impresionante que todo esto es que a Wanda pareciera no importarle lo que nadie diga de ella hace años, y eso, hermana, lo respeto muchísimo. Te encariñás con la mostra cuando la miras así, después, claro sube una foto de sus amigas, que son las esposas de otros jugadores y no pone sus nombres, las menciona con los apellidos de esos jugadores, exactamente igual que en The Handmaid’s Tale, novela donde las mujeres no tienen nombre propio, sino que se las llama por el nombre de sus amos, porque Wanda sabe lo que le sirve y a eso va. Recuerden el ejercicio de detección de misoginia. Para saber si hay una doble moral de género en cualquier asunto tan solo intercambien roles y fíjense qué es lo que pasaría en la misma situación. Si Wanda fuera un hombre, sería un tipo defendiendo los intereses de su mujer, cuidando su carrera y sus derechos. Pero no, Wanda está ahí “llenándole la cabeza”. ¿De qué? ¿De cosas que le convienen? Qué barbaridad.