Las relaciones entre el Estado, la cultura y los hacedores culturales, transitan en muchas ocasiones por un corredor de difícil acceso para algunos, y de marcadas diferencias a la hora de valorizar el trabajo artístico de cada uno de los responsables de la producción artística.

Independientemente de que algunas cuestiones se traspapelen en la compleja red de esas relaciones, los roles y las responsabilidades parecieran no estar claros para algunos funcionarios.

De allí en parte, las declaraciones del actor, director y dramaturgo rosarino Matías Martínez al enterarse de las condiciones en las que fueron invitados él y su grupo a participar de un importante evento internacional, con su consagrada Representación nocturna del Marqués de Sebregondi.

El grupo rosarino ‑según contó el propio Martínez- fue invitado recientemente por el Ministerio de Cultura de la Nación a participar de una feria de arte contemporáneo en Madrid, pero a la hora de consultar acerca de lo que cobrarían los integrantes, la respuesta fue tajante: "En esta ocasión, el cachet no está contemplado".

"Esto resulta sorprendente, considerando que tenemos cierto recorrido en el ámbito teatral y un territorio ganado en estos 20 años que venimos haciendo teatro; no es inédito, pero hacía muchos años que no nos sucedía algo así, que desde el Estado, desde un Ministerio de Cultura, se menosprecie nuestra actividad", dijo a Rosario/12 el actor que fuera integrante y fundador de "La Piara", uno de los grupos históricos de la ciudad.

El evento en cuestión es nada menos que Arco‑Madrid, una de las Ferias de Arte Contemporáneo más importantes a nivel mundial que se realizará del 22 al 26 de febrero del 2017 y en la que Argentina ha sido invitada especialmente.

En un informe publicado por Matías Martínez en Teatroenrosario.com, donde hace alusión a la perversión estatal citando a Foucault, el actor se explaya acerca de lo conversado con los responsables de esta invitación.

"Nos dijeron: 'Ustedes van a ser una parte muy importante de una muestra muy grande que tendrá Argentina en Madrid, van con todo pago: pasajes internacionales, hotel, viáticos, técnica, montaje, etc'; y al preguntarles por el cachet a percibir por las funciones, nos contestaron que el cachet no estaba contemplado en esa ocasión".

-¿Esta propuesta presupone en algún caso cierta complacencia entre las partes?, preguntó este diario.

-No quisiera generalizar porque cada situación debería analizarse en su contexto y con sus protagonistas. En este caso, la política cultural de quienes organizaron esto resulta de un grado de insensibilidad enorme; considero que nunca hay complacencia de parte de los artistas; siempre hay necesidad de ese lado: necesidad de mostrar su trabajo, de hacerlo circular", dijo Martínez.

El director de la perturbadora Representación nocturna del Marqués de Sebregondi, basada en El niño proletario, de Osvaldo Lamborghini, destacó el grado de responsabilidad que le corresponde al Estado en esas circunstancias.

"Si la otra parte que es el Estado y que es el responsable, en cierto punto, de garantizar la concreción de esas necesidades, es un Estado que menosprecia y subvalora a sus artistas, y es lógico que las propuestas de sus políticas culturales sean penosas", dijo a Rosario/12.

-Cuándo estos ofrecimientos son aceptados, ¿se hacen en nombre de lo políticamente correcto?

-No podría afirmar si estos ofrecimientos son aceptados en general; puedo decir que en este caso en particular, sí fue aceptado el ofrecimiento que se hizo desde el Ministerio de Cultura de la Nación por la mayoría de los elencos que fuimos invitados a España.

Por otra parte, agregó: "No considero que los que aceptaron sean más políticamente correctos que nosotros que no aceptamos; no sería justo señalar con el dedo a nadie, cada cual tiene sus necesidades y nosotros no nos consideramos ejemplos de nada ni de nadie", señaló, dejando un interrogante tan sombrío como su obra.

En diálogo con la responsable del Ministerio de Cultura de la Nación, el actor le propuso un juego imaginario, invitándola a pensar qué le contestarían Daniel Veronese o Ricardo Bartis, reconocidos creadores porteños, frente a semejante oferta.

La respuesta contundente de la funcionaria abre un abanico de interrogantes y permite deducir algunas otras respuestas que hablan de una compleja realidad nacional: "Ellos, antes de ser quienes son, seguramente aceptaron condiciones como ésta", le respondió la representante de Cultura.

A la hora de pensar en este episodio como algo que podría reagrupar a la mayoría de los que se sienten damnificados por estas políticas culturales, Matías Martínez se manifestó escéptico.

"Me cuesta pensar que una decisión de estas características pueda servirle a alguien más que a nosotros, que lo hicimos para tratar de reivindicar todos los años de teatro que tenemos encima; que tienen un valor enorme frente a la miseria de una propuesta guaranga", se indignó el responsable de una obra que apuntó al corazón de la derecha argentina y que lamentablemente no podrá representarnos en Madrid.