Lo más grave fue la ley (la Reforma Laboral pedida por el FMI).Pero se recuerda más el escándalo suscitado por la denuncia de coimas recibidas por algunos senadores peronistas para cambiar su voto y apoyar el proyecto. El senador Antonio Cafiero cuestionó a sus pares, aunque cuando fue al Congreso (foto) dijo “tengo certezas, pero no pruebas”. Las denuncias eran creíbles, porque eran reales. Fue uno de los tantos comienzos del fin para el presidente Fernando de la Rúa. Sobrevendrían la renuncia del vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez, cambios en el Gabinete y la catástrofe de 2001. Un fallo vergonzoso absolvió años después a todos los acusados, pero no salvó del desprestigio ni a los senadores ni a los funcionarios concernidos. Ni convenció a nadie. El gobierno kirchnerista derogó esa ley, que el macrista quiere reimplantar. La originaria quedó grabada en la historia como la “Ley Banelco”.