El Partido Socialista presentó ayer una moción de censura contra el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y desencadenó un escenario que puede dejar al líder conservador contra las cuerdas, tras la crisis política abierta en España por la justicia al condenar al gubernamental Partido Popular (PP) por corrupción en la trama Gürtel.
La moción de censura de los socialistas, que puede prosperar con los votos de nacionalistas vascos y secesionistas catalanes, movió algunas fichas entre los liberales de Ciudadanos, el partido que apoya al gobierno en minoría de Rajoy, que votará en contra pero exige elecciones anticipadas o una “moción de censura instrumental”.
Bajo esta máxima presión, el jefe del Ejecutivo descartó un adelanto electoral y acusó al líder socialista Pedro Sánchez de querer ser presidente “a cualquier precio” y de “debilitar” a España.
La tensión política escaló tanto que la jornada terminó con una caída del 2 por ciento de la Bolsa de Madrid y en un incremento de la prima de riesgo de un 11 por ciento.
La sentencia del caso Gürtel “pone a prueba la reputación de España ante el mundo”, dijo Pedro Sánchez en conferencia de prensa al anunciar –sorpresivamente– la moción de censura ante la “grave crisis institucional” provocada por “un partido que se financió ilegalmente durante años y un presidente que no asumió la responsabilidad política”.
La moción de censura, que puede provocar la caída del gobierno de Rajoy, implica presentar un candidato alternativo a la presidencia del Ejecutivo español, que gane la confianza de la mayoría absoluta de la Cámara, fijada en 176 diputados, algo que todavía Sánchez no tiene garantizado.
El político socialista subrayó que su objetivo es “constituir un gobierno del Partido Socialista Obrero Español, un gobierno con una agenda social, que garantizará y hará cumplir la Constitución española”, en un mensaje claro dirigido a sus posibles apoyos, ya que para desbancar a Rajoy necesita de los votos de Ciudadanos, que sólo está dispuesto a respaldar una “moción instrumental”, y de los secesionistas catalanes.
“Quiero recordarle al señor Rivera –el líder de Ciudadanos– y al resto de formaciones políticas, que las mociones de censura son constructivas, para darle un gobierno al país. Convocaremos elecciones cuanto antes, pero primero vamos a recuperar las instituciones y abordar una tarea de regeneración democrática, que no fue atendida por este gobierno”, remarcó.
Tras la histórica sentencia del caso de corrupción Gürtel, que condenó al PP de Rajoy a título lucrativo por haberse beneficiado de una gran red de sobornos, adjudicaciones ilícitas y desvío de fondos, el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, exigió al presidente del gobierno que disuelva las Cortes y convoque a elecciones. “La legislatura está liquidada por la corrupción”, dijo en conferencia de prensa desde Valencia.
El número dos de Albert Rivera explicó que su partido está dispuesto apoyar la moción de censura presentada por Pedro Sánchez “con el único objeto de favorecer que el Parlamento pueda disolverse y convocar las generales”. Villegas habló antes de que Sánchez hubiese oficializado su iniciativa, con lo que todavía no estaba claro cuál era su propuesta.
Sin embargo, cuando el político socialista dejó claro que apelaba a los “350 diputados de la Cámara”, incluidos los secesionistas, y que pensaba gobernar en solitario, Villegas aclaró al canal de TV La Sexta que su partido “votará en contra de la moción de censura del PSOE” aunque insistió en que está dispuesto a pactar una moción instrumental para convocar elecciones.
Por su parte, el líder del partido Podemos, Pablo Iglesias, había reclamado el jueves a Sánchez que presentara la moción y le garantizó que lo apoyaría. Pero con el voto de Podemos y su confluencia, el candidato socialista sólo sumaría 151 apoyos. De ahí que las miradas estaban puestas en el partido de Albert Rivera, quien luego del fallo del caso Gürtel puso en duda su apoyo a Rajoy ante la “grave situación” en la que quedó. Villegas anunció que la Ejecutiva Nacional de Ciudadanos se reunirá el próximo lunes, aunque le dio margen de “unas semanas” a Rajoy para que sea posible aprobar los presupuestos en el Senado y para prorrogar la intervención de Cataluña al amparo del artículo 155 de la Constitución.
Los secesionistas catalanes del PDeCaT (Partido Demócrata Europeo de Cataluña), al que pertenece el ex presidente Carles Puigdemont, y de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) –cuyos votos son indispensables– están dispuestos a apoyar a Sánchez, “si corrige algunas ofensas”, mientras el Partido Nacionalista Vasco (PNV) dijo que tomará una decisión cuando se despejen algunas incógnitas, sin descartar su respaldo.
En un giro inesperado, Sánchez no desprecia el apoyo de los secesionistas, a pesar de que insiste en que hará cumplir la Constitución.
A diferencia del escenario posterior a las elecciones de 2015, la oposición española tiene más incentivos para lograr un acuerdo, ya sea a favor de la moción para encumbrar a Sánchez o una instrumental para llamar a elecciones, como plantea Ciudadanos.