Entre tazas y chaquetas

Pablo Mehanna

A lgunos tan vez reconozcan a Von Berry como un lugar de ropa dirigido a los amantes de las motos y las bicicletas de diseño, esos que suelen estar al tanto de lo último que sale y que hay que conocer. Con esto en miras, Diogo Bianchi, barista y asesor del Four Seasons Buenos Aires, decidió montar su propia cafetería y lo hizo en la parte de adelante de esta tienda. En el poco tiempo que lleva abierto no sólo logró autonomía propia sino que incluso ahora muchos llegan a la ropa a través del café. En Von Berry montó una máquina Rocket Espresso, pequeña, casi hogareña por su tamaño, que le permite a la barista controlar todos los elementos necesarios para elaborar un gran café. También, hay métodos de filtrado como la Chemex y la prensa francesa. Las infusiones utilizan tres cafés distintos: Preto, la marca propia de Bianchi, quien hace la selección y el tueste; un blend de la casa, procedente de Colombia y Brasil; y un café colombiano para los filtrados. Todos preparados por el mismísimo Diogo o por Lucila Castro Lloret, la barista.

La idea de Von Berry es que sea un lugar tranquilo y distendido, una extensión del living de casa. Por eso, en el lugar se esquivan los menúes o los consabidos pizarrones con los precios de los productos. Más allá del excelente café (que va desde $40 un espresso hasta $70 un Flat White) o un té de la línea Penton, quien vaya a Von Berry podrá entregarse a los antojos más dulces: el cinnamon roll y las donas son sencillamente maravillosos (la pastelería oscila entre $25 y $60). La idea es sentarse un rato, desconectarse, disfrutar de algo rico y seguir viaje; o instalarse a laburar con la laptop; ambos escenarios están contemplados. Hay una terraza que pronto estará lista para quien se anime al frío, y que más adelante será escenario de catas y talleres. Dentro de un par de semanas, también, un carrito en la puerta ofrecerá opciones saladas para el mediodía. Hay take away para los más apurados, pero lo mejor del lugar es hacerse el tiempo y pasar un buen momento en este espacio acogedor y bien diseñado. 

Von Berry queda en Fitz Roy 2192. Horario de atención: lunes a sábados de 10.30 a 21; domingos de 14 a 20.  


Para gente paqueta

Pablo Mehanna

Ubicado a pocas cuadras de las calles más transitadas de Belgrano, Santal es casi un refugio para los moradores del barrio que, en el primer año de vida de este lugar, ya se hicieron habitués. Basta bajar algunos escalones para estar dentro de un espacio de madera clara, donde todo está perfectamente ordenado, con tentadoras propuestas que rápidamente asaltan la mirada. El té en hebras de Tehani junto a la pastelería ideada por Beatriz Chomnalez (una de las mejores y más reconocidas cocineras de Argentina) conforman un dúo imbatible. El café es de Illy y hay variedad de jugos naturales (desde $80) y licuados (desde $90). El té llega a la mesa preparado en una preciosa tetera de hierro, con las hebras infusionadas el tiempo justo ($70). Hay también varios combos que incluyen té o café: uno de ellos viene acompañado de un delicioso bowl de yogurt de leche de coco, granola y frutas de estación ($170); o de Avo Toast en pan alemán con salmón, palta, huevo poché, tomates cherry salteados y mix de verdes que es casi un almuerzo ($250). 

En Santal suele haber talleres de introducción al té y su maridaje con distintas opciones de pastelería, catas de vino acompañadas por una selección de quesos, música en vivo y happy hour de cervezas. La carta cuenta con una amplia variedad de sándwiches, como el de jamón a las brasas con queso dambo, lechuga, tomate y huevo soft ($180) o el de ternera braseada servido con queso ahumado y cebollas caramelizadas ($200). También hay ensaladas (desde $200), sopas ($110), tartas del día ($160), pizzas y tapas. Y a esto se suman productos para llevar, desde panes recién horneados hasta vegetales de Tallo Verde, así como snacks y bebidas. Toda la pastelería es increíble, en especial el budín de zanahorias y las galletitas sablé. Todo para disfrutar en alguno de los sectores del lugar, bellamente diseñados y ambientados con la cuota justa de música para que actúe como fondo de conversación.

Santal queda en Virrey del Pino 2235. Teléfono: 4784-7434. Horario de atención: lunes a viernes de 8 a 20; sábados y domingos de 9 a 20.


Estilo neoyorquino

Pequeño y recién con pocos meses de vida, Norma Brooklyn Café se estableció como una de las opciones más interesantes que abrieron sobre la Av. Lacroze en el último tiempo. Sencillo y con un estilo minimalista también tiene mesas afuera, para los que quieran disfrutar de los primeros fríos del otoño o salgan a pasear al perro y se antojen comer algo en el camino. En el lugar ofrecen dos variedades de café, Scegliere y Oslo, este último traído en pequeñas dosis por el dueño de Norma que vive en Nueva York. Ambos se pueden comprar en granos para llevar (desde $200 el cuarto). Y como el café es mejor acompañado, scons, cookies ($27) y budines recién hechos ($59) son parte de la carta. Una buena idea es ir por el brunch para dos, que incluye yogurt con granola casera y frutas, tostadas con palta, huevos, infusiones, limonadas y otras cuestiones que van cambiando todos los fines de semana ($480) o caer en horario de almuerzo en búsqueda de tartas ($150), ensaladas (desde $150), sándwiches con mucho vuelo (desde $135) y, claro, sopa. 

Si bien el café es especialidad de la casa, también hay buena diversidad de bebidas alcohólicas para cortar la tarde o acompañar la comida. Por ejemplo, la Marítima y la Bosquísima, dos cervezas elaboradas por el bartender Tato Giovannoni junto a los marplatenses de Antares, con aromas nacidos en Cariló. También la muy rica sidra patagónica Pülku y una original selección de vinos que pueden pedirse incluso por copa (desde $70, se puede elegir entre Verdes Cobardes, Plop, Casa Sur, Superlógico y Pulcu Reserva). 

Un tip: al ir, conviene pedir la tarjeta de la casa, donde marcan cada café, y el sexto viene de regalo. Si además el cliente se saca una foto y los taguea en Instagram, le regalan una bolsita de cookies. 

Norma es un sitio muy cálido que ve con buenos ojos a quienes se instalan a trabajar en la mesa mientras comen y toman algo rico; un lindo espacio para imaginarse de viaje por un rato. 

Norma Brooklyn Café queda en Federico Lacroze 2117. Horario de atención: lunes a sábados de 8 a 20.