Cerca de la medianoche del lunes 21 de mayo. El centro de Caracas está prácticamente vacío y el edificio de la Cancillería venezolana sólo está iluminado el despacho del ministro Jorge Arreaza. Allí recibe a PáginaI12 y allí afirma que la revolución encabezada por Hugo Chávez y continuada por Nicolás Maduro no solo continúa sino que se profundizará. El rol de los aliados como Rusia, China, Irán y Turquía para soportar los embates de los Estados Unidos, el bloque económico y la esperanza de que los pueblos de Latinoamérica retomen la senda de los gobiernos populares fue parte de una extensa charla.
–¿Qué evaluación realiza del resultado electoral?
–Estas elecciones se realizaron en condiciones adversas en lo económico en buena parte fruto del bloqueo de los Estados Unidos. También en medio de una guerra mediática y una guerra política con el boicot de gran parte de la oposición que desconoció los acuerdos firmados en República Dominicana. A pesar de ello ha sido una gran victoria. Pero no solo por el gran margen de diferencia porcentual sino porque el pueblo salió a votar, fue una campaña electoral tranquila, no hubo problemas. Y ahí estuvo pues, un pueblo dispuesto con opciones reales donde un candidato propuso el socialismo, la presencia de un Estado fuerte, la organización popular, la defensa de la soberanía y otro candidato que les propuso ir al FMI, dolarizar la economía y entregar el futuro del país a las transnacionales. En base al resultado creo que el verdadero héroe es el pueblo venezolano y la verdadera victoria se la debemos a ellos y debemos ofrendarlo. El presidente Maduro con su constancia y perseverancia lo lleva a la victoria y le deja ahora una responsabilidad aún superior del que él ya tenía. Cuando llegó hace cinco años a la presidencia era un político y ahora es un estadista que tiene por delante un desafío como es el bloqueo internacional que no sólo económico, que es el peor, sino también político, mediático y a pesar de eso el deber es estabilizar la economía del país.
–¿Por qué la propuesta de Henri Falcón de dolarizar no logró apoyo?
–Por eso digo que el gran héroe es el pueblo venezolano porque el ataque que recibió la moneda venezolana fue tal que la política monetaria no pudo estabilizar ni controlar sus efectos y el acceso al dólar se transformó en un privilegio. Hay dos economías que se basan en el que tiene dólares y el que no. Luego está la inmigración donde la mayoría se va por razones económicas para luego enviar a sus familias así sea 10 dólares, que es mucho, o 50 que es más y si te envía 200 dólares vives como un rey. Entonces Falcón les prometió dólares pero el pueblo con tanta conciencia no le creyó porque saben que esa no es la salida.
–¿Y cuál es?
–Pues fortalecer nuestra economía, nuestra producción, nuestra moneda y esa es la propuesta. Yo creo que en estos 20 años de Revolución Bolivariana en ningún aspecto ha sido en vano pero mucho menos en el aspecto de la conciencia. El comandante Chávez se dedicó a formar un pueblo. Fue un gran pedagogo. Cada venezolano tenía todos los domingos en su casa a un Chávez dando una clase, formando y orientando y eso está dando sus frutos y lo vimos en estas elecciones.
–La guerra se da en diferentes ámbitos y tiene su costo. ¿Cómo se la enfrenta sin perder el respaldo del pueblo?
–Es una guerra multidimensional pero creo que si algo han logrado tanto el comandante Chávez como el presidente Maduro es identificar la fuente de los ataques. Mire, esto puede ser un tanto antipático pero no se trata de desgastarnos lidiando con los payasos sino con el dueño del circo y sabemos quién es ese dueño que hoy firmó (por el lunes) sanciones contra Venezuela en respuesta a que el pueblo eligió a su presidente. De manera que sabemos que el imperialismo busca impedir procesos soberanos y democráticos que prescinden de lo que opinan las élites gobernantes y corporativas. Por eso, al identificar con claridad quién es el enemigo hemos logrado no desgastarnos. Estamos concentrados en organizar y proteger a nuestro pueblo, estabilizar la economía y profundizar nuestra independencia. Cuando se tiene claro eso y no se dispersan los esfuerzos entonces se avanza.
–¿Cómo se entiende que Donald Trump sancione a su país pero sin afectar la comercialización del petróleo con EE.UU.?
–El gobierno está ahora conducido por Trump, un supremacista, racista que sigue con la idea de que ellos son la cuna de la democracia y lo que no se les parece entonces no es democrático, y por lo general solían imponer esas sanciones a países que no tenían elecciones. En nuestro caso las aplican porque hacemos elecciones. El año pasado a la presidenta del Consejo Nacional Electoral (Tibisay Lucena) se la sancionó porque convocó a elecciones para elegir la Asamblea Nacional Constituyente y también a los que resultaron electos. Es el mundo al revés donde se sanciona económicamente a un pueblo para evitar que haya una elección. Sabemos que este es el camino correcto porque si Trump hubiese felicitado a Maduro habríamos tenido que preocuparnos.
–¿Ustedes son un escollo para EE.UU. en cuanto al negocio petrolero?
–Venezuela siempre estuvo en la mira de los poderes imperiales por sus riquezas naturales. Ahora se junta la riqueza de la conciencia de un pueblo que para ellos es una amenaza porque estamos dispuestos a ser libres, a enfrentar a cualquier tipo de boicot y sostener un proyecto socialista y democrático porque el comandante Chávez le quitó esa riqueza al imperialismo y a la burguesía nacional y se la dio al pueblo en salud, educación, vivienda, identidad cultural y derechos sociales. Entonces, estas sanciones dañan porque la mayoría de los bonos públicos están en manos de tenedores estadounidenses o vinculados con sus finanzas, además tenemos bienes y activos en ese país y las refinerías del sur están diseñadas para el petróleo pesado de Venezuela. De manera que todo eso puede ser un bumerán para ellos y nosotros tenemos otros socios y aliados con quien negociar.
–Imagino que se refiere a Rusia, China, Irán y Turquía. ¿Con ellos es comercio y seguridad?
–Ellos son los grandes demandantes de petróleo y son nuestros aliados. Sobre todo Rusia y China y Turquía y están además dispuestos a colaborar ante cualquier agresión. Ojalá, los presidente de América Latina que han tomado esa posición tan subordinada cambien.
–¿En qué estado se encuentra la relación con la Argentina?
–Prácticamente no hay relación. El único canciller latinoamericano que no pude saludar, ni siquiera para decirle buen día, es el canciller (Jorge) Faurie, mi tocayo por cierto. Y en buena parte es porque se esconden y yo les digo que el chavismo ni el amor por el pueblo no se contagian. No deberían preocuparse. Ojalá el pueblo argentino pueda recuperar el camino soberanista y latinoamericanista. La verdad es que nada esperamos de Macri.
–¿No se pudo prever el reflujo conservador?
–No se previó, creo yo. Estamos en un cambio de época que en la realidad concreta, como decía el viejo Carlos Marx, son dialécticos, hay contradicciones, avances, retrocesos pero finalmente nuestros pueblos de América van a desplazar a las élites económicas. Pero antes habrá muchas batallas que ganar y que perder.
–¿Esa pedagogía y empoderamiento es lo que les faltó a los otros gobiernos para permanecer?
–No lo sé, el pueblo venezolano es muy bravío y antiimperialista por naturaleza. Creo que cada pueblo tiene su proceso común y es difícil juzgarlo. Yo he visto un pueblo bravío en la calle como el argentino cuando reclamaron ante las reformas de las pensiones y ahora con el retoro al FMI, por eso creo que es cuestión de tiempo y tener paciencia estratégica para que nuestros pueblos recuperen el poder.
–Hoy escuché decir a un niño que prefería las sanciones económicas a un bombardeo.
–(Piensa, suspira.) Creo que términos absolutamente prácticos tiene razón pero aquí también hay un bombardeo y secuelas como la migración. Cuando el presidente diseñó los CLAP, que son los comités locales de abastecimiento y producción y que distribuyen la comida, era porque las vías de distribución del capitalismo, que aún es hegemónico en nuestra economía, estaban destinadas a matar al pueblo de hambre y para evitarlo sólo se podía hacer con el pueblo y eso hicimos. Hacemos grandes esfuerzos para proteger al pueblo del bombardeo del imperialismo y vamos a llevar al país a una situación más estable, próspera y democrática que la que logramos con el comandante Chávez porque esa fue una de las órdenes que nos dio y que es construir el socialismo democrático del siglo XXI. Nuestro destino es la victoria.