El presidente Mauricio Macri termina 2016 en su peor momento desde el punto de vista de la opinión pública. Una clarísima mayoría opina mal o muy de su gestión; su imagen perdió 16 puntos desde principio de año y los oficialistas, que a principio de 2016 eran mayoría, ahora son muchos menos que los opositores. Pero el punto clave está en las expectativas. Basado en las ideas de cambio, Macri ganó en 2015 y arrancó el año con un 60 por ciento de la población manifestando expectativas positivas. Eso cayó ahora al 50 por ciento, un porcentaje alto todavía, pero los que piensan que en 2017 las cosas van a empeorar, ya suman un 46 por ciento. Cuando se aborda tema por tema, la mayoría cree que va a aumentar el desempleo, que no van a venir inversiones y que crecerán los conflictos laborales.
Las conclusiones surgen de una amplia encuesta nacional realizada especialmente para Página 12 por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP). Se entrevistaron a 1200 personas en todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo, nivel económico social y lugar de residencia. Las entrevistas fueron telefónicas.
Caída
“Si se tienen en cuenta los distintos indicadores obtenidos en este último trabajo de CEOP –explica Roberto Bacman–, es posible concluir que la gestión de Mauricio Macri está pasando por su peor momento, desde que asumió. Lejos quedaron los tiempos felices, cuando el actual presidente asumía y pregonaba el cambio a los cuatro vientos, al tiempo de proponer la revolución de la alegría. Por esos días de diciembre de 2015 había logrado instalar en el imaginario colectivo de los argentinos el porvenir de la esperanza. Su popularidad y la aprobación de gestión hacia fin de año rozaban el 60 por ciento. Si se toma el evolutivo de punta a punta, desde el momento en que asumió hasta hoy, la pérdida es significativa y no constituye un dato menor de la realidad: cayó 16,4 puntos en popularidad y 17,5 por ciento entre los que aprueban su gestión. En este caso, los valores son más que elocuentes al respecto”.
Opositores
Cuando Macri asumió, los que se consideraban a sí mismos como oficialistas superaban a los opositores. En diciembre de 2015, el 46 por ciento de los consultados se decían oficialistas y el 38 por ciento se consideraban opositores. En el medio, estaban los independientes. Al cerrarse 2016, el panorama cambió diametralmente: los opositores (46 por ciento) superan ahora en forma clara a los oficialistas (32 por ciento). Es decir que de un saldo a favor de 8 puntos, el gobierno pasó a tener un saldo en contra de 14.
Economía
Para Bacman, “una cuestión primordial se convierte en el principal impulsor de este mal momento que vive la actual gestión: la situación económica es percibida por siete de cada diez argentinos de manera negativa. El valor cuantitativo en sí mismo es importante, pero el otro dato a tener en cuenta es que esta percepción mantiene esta estructura desde el mes de agosto pasado. O sea que ya son cinco meses en que el 70 por ciento percibe que la economía está mal. No sólo respecto del país, sino también en su propio hogar. En este diciembre, la cifra concreta es que el 68,6 por ciento dice que la economía está mal o muy mal, mientras que sólo un 30 por ciento dice que las cosas están bien”.
“Al mismo tiempo, uno de los aspectos fundacionales del relato M va perdiendo consistencia –agrega el consultor–: la percepción de la pesada herencia se va diluyendo en la medida que pasan los meses. Hacia fines de 2015, para el 55,2 por ciento de los argentinos la situación económica que dejó el kirchnerismo era negativa. Este valor desciendo lentamente al 49,9 por ciento en este último trabajo de campo”. En el anterior trabajo del CEOP, también publicado por este diario, la frase sobre la responsabilidad del anterior gobierno en la situación actual mostró una caída notoria: menos de la mitad de los consultados creen en que la culpa de los problemas de la actualidad la tiene el kirchnerismo.
Expectativas
La base de sustentación de la administración Macri es que hay una parte importante de la población que sostiene que las cosas mejorarán en 2017. El entusiasmo no es ni por asomo el de fines de 2015: en ese momento, el 60 por ciento pensaba que todo iría mejor este año y ahora hay un diez por ciento menos, 50,3 por ciento que piensa que habrá una evolución positiva el año próximo.
“En un contexto muy dividido –analiza Bacman–, la economía sigue manteniendo a un 50,3 por ciento que entiende que mejorará. Son los que se niegan a perder la esperanza y en los que el deseo puede más que la realidad. Pero tampoco hay que perder de vista que para un nutrido 46,4 por ciento la economía empeorará. Incluso, la percepción ha cambiado mucho con relación al año pasado, cuando un 60 por ciento imaginaba mejoras sustanciales en la economía y tan sólo los opositores más abiertos (33,7 por ciento) se mostraban desconfiados. Eran otros tiempos”.
El consultor evalúa que “como dice el viejo refrán, la esperanza es lo último que se pierde: aún queda un 52,7 por ciento que espera que vengan tiempos mejores y que a partir del año que viene ‘se empezarán a ver resultados positivos’. Será cuestión de esperar: como es lógico, además de los oficialistas, son los independientes quienes en mayor medida impulsan este deseo”.
Elecciones
El panorama para el macrismo no está despejado. “En 2017 el oficialismo debe enfrentar una elección de medio término –recuerda Bacman–. En esos comicios la gente vota con mayor libertad. El desafío es para el oficialismo, porque se produce un virtual plebiscito de su gestión. La opinión pública aprovecha para encender semáforos amarillos y rojos y aparecen la bronca, el castigo, el control, entre otros. No sorprende que casi ocho de cada diez encuestados sostienen que ´si la situación económica no mejora, es muy difícil que la coalición gobernante pueda ganar las elecciones legislativas de 2017´. Es más que evidente que el tiempo pasa y no falta tanto para que el clima electoral se instale por estas latitudes. Mientras tanto, el principal riesgo que el gobierno debe asumir a corto plazo es que la gente va perdiendo la paciencia. Esa, hoy por hoy, esa es la crucial prueba que debe superar”.