La despedida del seleccionado argentino fue a puro festejo, pero principalmente significó un gran aliciente para el ánimo de los futbolistas. El equipo no tuvo problemas para superar a Haití, y viajará hoy a la noche a Barcelona con la tranquilidad de que su potencial todavía está en crecimiento.

El punto donde más dudas genera el equipo argentino, radica en el esquema de juego que presentará en la Copa del Mundo. El encuentro de ayer ante Haití servía para comenzar a clarificar ese aspecto, y si bien el rival no fue la medida ideal, se pudo vislumbrar algo de lo que buscará plasmar en el Mundial.

Argentina inició el juego con una línea de cuatro hombres en el fondo, pero la posición del lateral derecho (Salvio) estuvo en la misma zona que los mediocampistas. Seguramente, el que ocupe ese lugar colaborará con el volante central para recuperar la pelota. El que estuvo anoche en ese puesto fue Mascherano, y se lo vio más afirmado que como marcador central.

El resto de los volantes tenía mayor vocación ofensiva: Lo Celso, Lanzini, Messi y Di María. El capitán fue el que se retrasó unos metros para iniciar las jugadas con la pelota dominada, y de esa manera podía utilizar su velocidad para dejar rivales en el camino y descargar para algún compañero libre. El más adelantado, Higuaín, se movía hacia los laterales con la intención de provocar el desequilibrio por los costados, y recibir así la pelota sin la presión de los laterales haitianos.

Lanzini y Lo Celso eran los que más cerca estaban entre sí, y buscaban ser una ayuda permanente tanto para Messi como para Di María. Este último fue el que tuvo la primera opción para llegar al gol, pero su remate cruzado salió por el otro lado. Messi, enseguida, probó al arco y encontró bien ubicado a Placide. El gol llegaría finalmente a través de un penal ejecutado por el propio Messi, luego de una falta grosera sobre Lo Celso.

El dominio del desarrollo era de Argentina en su totalidad y Haití apenas inquietaba cuando podía hilvanar un contraataque. Y como no lo lograba con continuidad, Caballero no era exigido con seriedad.

El juego bajó su intensidad en el segundo tiempo, y Argentina se relajó un poco para entregarle la pelota a su rival. Como Haití tenía pocos recursos técnicos para ofrecer algo diferente, todo se hizo muy monótono. El técnico aprovechó para hacer modificaciones y darle lugar a jugadores como Rojo, Pavón y Agüero.

El local seguía teniendo la iniciativa y cuando se lo propuso llegó el segundo gol: Higuaín fue hasta el fondo por la derecha, lanzó el centro para Lo Celso, quien cabeceó y no pudo ante el arquero, pero el rebote fue facturado por Messi, que tocó suave abajo del arco.

El ingreso de Pavón provocó un estallido en el estadio, debido a que el jugador de Boca tiene el reconocimiento de la mayoría. Precisamente, Pavón hizo una gran acción individual por la izquierda, donde mejor se mueve, asistió a Messi y el capitán definió sin inconveniente. Para lograr el cuarto gol, Messi habilitó a Agüero con un pase recto, y el ex Independiente convirtió con un derechazo cruzado.

La fiesta fue completa para Argentina, con una goleada que sirve para empezar a recuperar la convicción.

 

ARGENTINA 4: Caballero; Salvio, Otamendi, Fazio, Tagliafico; Mascherano, Lo Celso; Lanzini, Messi, Di María; Higuaín. DT: Jorge Sampaoli.

HAITI 0: Placide; Arcus, Ade, Jerome, Christian; Herivaux, Alceus, Vorbe; Cantave, Nazon, Sanon. DT: Marc Collat.

Estadio: Boca.

Arbitro: Arnaldo Samaniego (Paraguay).

Goles: 17m Messi (A) de penal; 57m Messi (A), 65m Messi (A), 68m Agüero (A)

Cambios: 46m Rojo por Fazio (A), Etienne por Vorbe (H), Sabat por Sanon (H), 58m Pavón por Di María (A), Agüero por Higuaín (A) y Meza por Lanzini (A), 67m Labissiere por Herivaux (H) y Chevreuil por Alceus (H), 70m Acuña por Tagliafico (A), 74m Banega por Lo Celso (A), 87m Waldo por Cantave (H).