Sin que se ataquen los problemas estructurales de la restricción externa, el dólar vuelve a operar en alza y ayer orilló los 25,50 pesos al público (ver aparte). La suba se mantiene apuntalada en una sostenida demanda privada que se dispara con cada noticia internacional. Tras la suba de la tasa de interés de Estados Unidos, la crisis política en Europa, de la mano de España e Italia, encarece el dólar a nivel global. Sin embargo, es la Argentina la que lidera la depreciación de su moneda con un 35,6 por ciento en apenas cinco meses del año. “Hoy ya es el país que más devaluó en el mundo. Pero, si computas el atraso cambiario que se arrastra desde el año pasado contra la inflación y tasas de interés del orden del 40 por ciento, el circulo vicioso de inflación y tipo de cambio se va a seguir retroalimentando”, aseguró a PáginaI12 el ex titular del Banco Central, Alejandro Vanoli. El interrogante surge en torno a la capacidad de respuesta del organismo monetario a una nueva corrida cambiaria a días de que nuevo “supermartes” financiero. En dos semanas vencen casi 650 mil millones de pesos en letras del BCRA.
En la anterior corrida previa al vencimiento de un monto similar en mayo, el Central tuvo que sacrificar casi 10.000 millones de dólares en reservas sin poder evitar la disparada del precio de la divisa. En ese momento buscó el auxilio del Fondo Monetario para que le ofrezca un blindaje a futuras corridas. “No importa cuanta liquidez le ofrezca a la Argentina si no soluciona su problema de cuenta corriente y limita la fuga. Solo con el financiamiento del Fondo no alcanza. Si como ingresa sale, es porque están abiertos todos los canales. Para poder frenar una eventual corrida de manera sostenible tenés que revertir el déficit externo y para eso hay que administrar el comercio”, agregó Vanoli, quien preside la consultora Cinfin.
Las reservas quedaron bastante dañadas desde la última corrida. El stock informado ayer ascendió a 50.915 millones de dólares. A este monto deben descontarse, si se quiere medir el poder de fuego frente a una salida masiva de dólares del sistema, 11.007 millones proveniente de encajes (inmovilización respaldatoria) de los bancos en el Central, 2692 millones en efectivo en entidades financieras, 16.409 millones en créditos, 2734 millones en pases y 3066 millones de líneas del exterior. El total son 35.908, con lo cual quedan 15.007 millones de dólares en reservas líquidas. Esto representa la mitad de los depósitos en dólares del sistema, de 29.636 millones de dólares (solo del sector privado, los depósitos en moneda extranjera suman 25.829 millones).
Por su parte, la base monetaria asciende al equivalente (con un tipo de cambio de 24,55) a 39.625 millones de dólares. Si se hace la comparación que utilizan algunos analistas, resabio de los cálculos utilizados durante la convertibilidad, el actual stock de reservas está lejos de reflejar un tipo de cambio de 25 pesos. Desde que empezó 2018, el dólar se encareció un 35,6 por ciento, mientras que en doce meses la suba es de 56,4 por ciento.
Desde las consultoras privadas anticipan un escenario volátil a la espera de que se conozca el detalle del acuerdo con el FMI. “El fracaso del inflation targeting, evidente no solo en la inflación efectiva sino en la incapacidad de anclar expectativas, junto con el cambio en el panorama internacional y la vuelta al FMI, con sus consecuentes condicionamientos, señalarían un cambio de rumbo en el Banco Central”, según un informe de Delphos Investment. La consultora Balanz Capital consideró que “el tipo de cambio aún tiene recorrido alcista a pesar de que parece haber encontrado un equilibrio”. “No descartamos que el acuerdo con el FMI requiera de una mayor devaluación ya que desde el organismo internacional afirmaron que sus recursos no deben ser utilizados para contener el tipo de cambio”, agrega el informe privado.
Vanoli insistió en que “las causas que llevaron a la crisis están inalterables y las expectativas respecto del contexto internacional son las mismas”. “El tema de fondo es el déficit externo. En Argentina una devaluación no lo soluciona o lo hace a un altísimo costo recesivo”, dijo a ese diario el ex presidente del Central. El ex funcionario asegura que la limitación de herramientas del BC hace necesario que el Gobierno vuelva a cerrar filas con fondos amigos para evitar el traspaso del cobro de vencimiento de Lebacs a dólares.