El planteo de Mauricio Macri a favor de la intervención militar en seguridad interior “implicaría romper el acuerdo que se había generado con las leyes de Defensa, Seguridad e Inteligencia”, destaca la abogada Paula Litvachky, directora del área de Justicia y Seguridad del CELS. “El coqueteo con las Fuerzas Armadas en una coyuntura regional y local de deterioro económico y aumento de la conflictividad no es otra cosa que sobredimensionar el sistema de seguridad”, señala, y a 21 días de que 300 organizaciones y referentes sociales se pronunciaron contra el punitivismo considera central “cómo se va a plantar el sistema político y si el gobierno está dispuesto a romper unilateralmente ese consenso”.

–¿Qué lectura hacen de la mención al “apoyo logístico a las fuerzas de seguridad para cuidar a los argentinos”?

–Nuestro marco normativo permite el apoyo logístico sobre la base de condiciones y circunstancias específicas. La pregunta es si el propósito es involucrar cada vez más a las Fuerzas Armadas en seguridad interior. El anuncio parece ir en ese sentido y hasta no ver qué modificación planteen no se sabrá qué tipo de ampliación están pensando. En términos simbólicos están reafirmando que se necesita algún tipo de intervención y eso es parte de un problema crítico que implicaría romper el esquema de acuerdo que se había generado con las leyes de Defensa, Seguridad e Inteligencia. Ese quiebre es una definición política importante e implica la necesidad de que el Congreso discuta cualquier planteo del Ejecutivo. No se puede sacar el tema del debate público con la excusa de que sea un decreto. Por otro lado, si el planteo es darle otro rol a las Fuerzas Armadas se debe discutir en el Congreso y pensando en una política de defensa. Es falso que para desarrollar una política de seguridad se necesiten las fuerzas armadas.

–Tras la dictadura hubo un consenso de todas las fuerzas políticas para delimitar los territorios de la seguridad y la defensa. ¿Hay un riesgo real de que se rompa, sobre todo considerando que la UCR integra Cambiemos?

–Esperamos que las fuerzas políticas no rompan ese acuerdo y si piensan que se necesita modificar algo den la discusión en el Congreso y no se tomen atajos. Hay que ver la reacción del sistema político. Sabemos que hay diferencias no sólo con los radicales sino dentro del propio oficialismo.

–¿Hay alguna hipótesis extrema en la cual esté previsto que los militares puedan intervenir en seguridad interior?

–Hay una hipótesis muy extrema en el marco de un comité de crisis pero la idea que subyace a esa situación es que el sistema de seguridad esté sobrepasado y no estamos en ese escenario. El Gobierno no habla de eso. Cuando dicen “poner a Argentina en el mundo” aluden a ampliar la intervención militar a la lucha contra el terrorismo o el narcotráfico, un esquema diferente al que se pensó con esa tríada de leyes.

–El jefe del Ejército dijo que están “listos para cumplir las misiones que los nuevos tiempos imponen”. ¿Qué grado de conciencia tienen los militares sobre su rol en democracia?

–Hay que separar: no creo que se vincule con el rol en el terrorismo de Estado sino a una idea propia de este gobierno de alinear a Argentina en el paradigma de las “nuevas amenazas”, que propone un nuevo rol a las fuerzas armadas. Nuestras leyes y gran parte de los debates de estos años apuntaron a que Argentina no tenía que alinearse bajo este paradigma porque implica responder a problemas reales con estrategias que fracasaron y generaron muchos problemas en otros países. Ese marco ideológico es un problema en sí pero también por sus derivaciones y riesgos, que el sistema político evitó correctamente. El coqueteo con las Fuerzas Armadas en una coyuntura regional y local de deterioros económicos y aumento de la conflictividad no es otra cosa que sobredimensionar el sistema de seguridad, algo que también discutimos como orientación política.

–A principios de mayo más de 300 dirigentes, académicos y referentes sociales y sindicales se pronunciaron contra el punitivismo y destacaron las “experiencias lamentables” derivadas de involucrar a militares en seguridad interior. ¿Cómo toman la respuesta de Macri después de una advertencia con semejante consenso?

–No hubo acuse de recibo, no están alimentando ningún debate, pero es importante refrescar ese documento y el amplio arco político y social que lo firmó porque muestra que ese consenso, sobre el que quieren avanzar, no está roto. El punto es ver cómo se va a plantar el sistema político.