La realidad de unos puede ser el horror de otros; en especial cuando los unos son pescadores de aguas profundas que a menudo se topan con especies dignas de ciencia ficción; y las fotografían, para escalofrío de civiles con poca experiencia en subespecies acuáticas. Nada más terrífico que lo que yace en lo hondo, a juzgar por las imágenes que el marinero ruso Roman Fedortsov comparte cotidianamente vía Instagram; acaso materializando lo que el grandioso autor en tema H. P. Lovecraft postulase en cierta ocasión: “Lo que ha emergido puede hundirse y lo que se ha hundido puede emerger. Lo satánico aguarda soñando en el fondo del mar, y sobre las ondulantes ciudades humanas navega el apocalipsis”. Y lo que aguarda es un extrañísimo catálogo de bichos que harían temblequear al mismísimo alien de Ridley Scott… No por nada, sitios como Gizmodo aseguran que las capturas de RF “van a ser la nueva causa de tus pesadillas”, y se animan a fabular que las criaturas oceánicas “parecen salidas de la película más retorcida de Jim Henson jamás producida (si Jim Henson le diera duro al LSD)”. 

“Según Moscow Times –agrega la mentada e inquietada web– Fedortsov vive en Múrmansk, que es un lugar real de Rusia y no una puerta al infierno que se ha abierto en otro planeta y ha liberado a los demonios para recorrer sus tierras y sus mares”. Más específicamente, una ciudad portuaria ubicada en el extremo noroeste del país soviético, en la península de Kola, donde antaño se arrojaran desechos radiactivos. Lo cual no necesariamente explica los abominables seres que habitan sus aguas… De dentaduras, coloratura y extremidades tan, ejem, movilizadoras que el ruso que los captura y retrata ya es sensación en la web, sumando su red social más de 100 mil seguidores. Más pendientes ellos del horror evidente que de la dañina pavura que debería generar la pesca de arrastre.