La tímida mejora que mostró la industria durante el primer trimestre del año no estuvo acompañada por la creación de puestos de trabajo. La actividad manufacturera contabilizó en marzo 15.160 empleos menos que en el mismo período del año pasado y una leve retracción de 900 posiciones mensuales. La ocupación en la industria registró así 26 caídas a lo largo de los últimos 28 meses. Los registros del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) dan cuenta de la destrucción de 63.140 puestos desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri en diciembre de 2015, lo que representa el 5,3 por ciento del empleo industrial. La apertura importadora y la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores son los factores más relevantes para explicar el persistente fenómeno que reconfigura la estructura laboral del país.
El escenario de “más inflación y menos crecimiento” anticipado por el Palacio de Hacienda después de la devaluación amenaza con profundizar el deterioro en los niveles de empleo industrial. Entre las empresas que avanzaron en ese proceso figura la textil Alpargatas, que ayer despidió 75 trabajadores en sus plantas de Corrientes y Catamarca. El relevamiento diario realizado por el responsable del sitio Infogremiales.com, Jorge Duarte, da cuenta además de 119 cesantías en el fabricante de termotanques Rheem y la suspensión de 250 asalariados en la productora de electrodomésticos MABE (ver aparte).
Las consecuencias de la corrida cambiaria y el ajuste fiscal, sin embargo, amenazan también a las actividades que compensan la sostenida destrucción de empleo en la industria registrada a lo largo de los últimos dos años. Las estadísticas del SIPA registraron en marzo una mejora mensual sin estacionalidad de 13.100 asalariados, que en la comparación contra el mismo período de 2017 asciende hasta 78.700 puestos. Los sectores que motorizan ese desempeño son tres: construcción, comercio y servicios.
“La foto del empleo en marzo es preocupante de cara al nuevo escenario económico posdevaluación. Los puestos de trabajo se expanden apenas por encima del crecimiento de la población impulsado por sectores que se perfilan como los más afectados por la caída del consumo y el ajuste en la obra pública. Esos motores están en riesgo”, expresó el economista Diego Schlesser, del Centro de Estudios de Trabajo y Desarrollo de la Universidad de San Martín. “No podemos esperar que exista una fuerte demanda de empleo ni en la industria ni el agro que pueda compensar ese escenario”, advirtió el director del Cetyd a PáginaI12.
Traccionada por la obra pública y los créditos hipotecarios indexados, la construcción anotó 1400 posiciones más que el mes anterior, que llegan a 31.600 empleos frente al mismo mes del año pasado. La decisión del gobierno de profundizar la reducción del gasto a través del ajuste en obra pública impactará de frente sobre el dinamismo laboral de la actividad. Las secuelas de la devaluación y persistente inestabilidad financiera también ponen en riesgo el dinamismo de los créditos UVA que afectará, sobre todo, a la construcción privada. El sector Comercio y reparaciones, por su parte, sumó 1300 empleos en el mes y 13.500 posiciones más que un año atrás. También creció el empleo en sectores dependientes del dinamismo del mercado interno como Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, que incorporó 5200 trabajadores frente a febrero y un total de 16.500 puestos contra marzo de 2017.
Ante la ausencia de motores genuinos que impulsen el empleo privado, las autoridades del Ministerio de Trabajo enfatizaron la necesidad de avanzar con la reforma laboral. “El tiempo que se pierde es negativo para la creación de empleo y las oportunidades de la gente”, sostuvo un colaborador del ministro Jorge Triaca al reclamar el debate parlamentario de la iniciativa impulsada por el gobierno. Si además de los asalariados del sector privado se contempla el resto de las categorías ocupacionales registradas, se observa la creación de 187.300 empleos. La cifra representa una baja mensual de 14.000 puestos que sin estacionalidad se reducen hasta 1300 empleos. La dinámica observada a lo largo de los últimos dos años da cuenta de una precarización de la estructura laboral donde los sectores que más aportan a la creación de empleo son los monotributistas, cuentapropistas y trabajadores no registrados.