“¡No al 5x1!”, gritaban una y otra vez cientos de trabajadores del Hospital Muñiz ayer a la mañana, bajo la lluvia, cuando se unieron apretados con sus paraguas en un abrazo en rechazo del proyecto Complejo Hospitalario Sur, presentado por el Ministerio de Salud de la ciudad de Buenos Aires, y que pretende trasladar al predio de Parque Patricios del Muñiz a otros cuatro hospitales: el de Gastroenterología Bonorino Udaondo, el de Rehabilitación Respiratoria María Ferrer, el de Oncología Marie Curie y el Instituto de Rehabilitación Psicofísica. La obra comenzaría a licitarse en 2019, en caso de que se apruebe en la Legislatura, con una fecha estipulada de finalización en 2021.
El proyecto inmobiliario fue presentado a las autoridades de los hospitales el pasado 11 de abril. Esta propuesta “Implica el cierre de 5 hospitales y la concentración de la atención en la zona sur, generando desigualdades de acceso a la salud y la reducción de la oferta de salud en la Ciudad y a nivel regional. Además, no permitirá acceder al servicio de guardia en forma libre y espontánea por parte de la población. Los pacientes no podrán concurrir a atenderse sin derivación previa de otros efectores de la salud”, según explicaron dos trabajadoras de la asamblea de autoconvocados del Muñiz en el comunicado que leyeron durante el abrazo.
Para los trabajadores, este proyecto implica un achicamiento a las prestaciones del sistema público de salud y precarizar sus condiciones laborales. “Este proyecto esconde detrás de los discursos de modernización y eficiencia un recorte de las políticas de salud pública. No responde a la necesidad sanitaria de la población, sino que parece responder a negociados inmobiliarios millonarios con los terrenos de los 5 hospitales”, dijeron los autoconvocados en su comunicado. El doctor Luis Trombetta, especialista en enfermedades infecciosas, agregó al respecto: “Dicen que es un proyecto de poco gasto. Pero es mentira, van a vender los espacios públicos en 123 millones de dólares. Ese es el financiamiento cero del que hablan. No podemos aceptar una reducción que significa ni más ni menos que un achique. Este hospital necesita remodelación. Pero la solución no es la topadora”.
Gabriela Piovano es médica infectóloga en terapia intensiva y trabaja en el Muñiz desde hace 25 años. “Implica el cierre de los cinco hospitales perdiendo su identidad. Además, se pretende unir en el mismo predio, a pacientes con enfermedades inmunocontagiosas con personas que tienen cáncer y que tal vez sean inmunosuprimidos. Desde el punto de vista sanitario no tiene ningún sentido”, dijo Piovano a PáginaI12. “También implica perder puestos de trabajo, porque no van a mantener cinco guardias, o cinco servicios de cirugía”, agregó.
Los carteles que sostenían con sus manos los manifestantes se encargaron de resaltar el trabajo que realizan día a día en el Muñiz y la importancia de que cada hospital mantenga su especialización: “¿Sabías que en el Hospital Muñiz se internan por año más de 400 niños, niñas y adolescentes?”, “¿Sabías que en el Hospital Muñiz se realizan más de 1000 controles de contacto de Tuberculosis por año?”, “¿Sabías que en el Hospital Muñiz hay 200 pacientes pediátricos en seguimiento por VIH?”.
El jefe de endoscopía, Roberto Duré, resaltó la importancia de seguir brindando un servicio de salud pública de excelencia y Eduardo Restifo, jefe de Leprología, agregó que “en lo que va de 2018 fueron atendidos más de 4000 viajeros para vacunación por fiebre amarilla. Los viajeros pertenecen a clase media, la que chapea con su carnet de la prepaga cuando vienen a nuestros consultorios. Pero la prepaga no les brinda la vacuna. En sus propagandas las prepagas no dicen ‘vacunamos contra la fiebre amarilla’ o ‘atendemos catástrofes’. No, eso lo hace el hospital público”.
Minutos después de finalizada la conferencia, salió el sol y los presentes se reunieron en la entrada principal del Muñiz para la foto, mientras gritaban a coro “unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode”. Representantes de los hospitales Garrahan, Durán, Sardá, Gutiérrez, IREP y Hospital de Lugano se unieron al abrazo. También estuvieron presentes los legisladores Laura Marrone, de Frente de Izquierda y Leandro Lescano, de Juntos Somos Río Negro.
Informe: Azul Tejada.