El gobierno irlandés reveló que la Iglesia católica falsificó certificados de nacimiento de 126 niños entre 1946 y 1969 y se comprometió a revisar las adopciones entre 1922 y 1996, 150.000 casos, por sospechas de que hay un altísimo porcentaje de ilícitos. El escándalo fue descubierto por la agencia irlandesa para la infancia y la familia (Tusla, sus siglas en inglés) al estudiar los archivos de la agencia de adopción St Patrick’s Guild, gestionada por las Hermanas de la Caridad hasta que cerró, en 2004. El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, le informó al Parlamento que “cientos de miles” de personas estarían afectadas, pidió perdón en nombre del gobierno y aseguró que se pondrán en contacto con las víctimas. 

La mayoría de los casos serían hijos de mujeres que fueron internadas en instituciones religiosas por quedar embarazadas mientras estaban solteras y, después del parto, se entregaban los bebés a otras familias. Aunque algunas mujeres aceptaron entregar a sus hijos para no cargar con el estigma social que conllevaba en ese entonces ser una madre soltera, a otras las obligaron a trabajar para tales instituciones y les robaron a sus hijos. Una de esas instituciones era la Lavandería de las Magdalenas donde, entre 1922 y 1996, estuvieron miles de mujeres en un régimen de semiesclavitud. “A muchas mujeres les dijeron que sus bebés habían muerto después de quitárselos y les pidieron que no preguntasen más. Algunas mujeres han sufrido un gran trauma durante años”, dijo Fergus Finlay, director ejecutivo de la organización de protección de menores Barnardos. “Fue un crimen contra los niños porque les robaron su identidad, su herencia”, afirmó el activista y denunció que el escándalo “no es nuevo y no debería sorprender a nadie” porque todas las agencias de adopción del país habrían estado involucradas en adopciones ilegales.

Varadkar calificó las adopciones ilegales como “otro capítulo de la historia más oscura de Irlanda” y se comprometió a revisar 150.000 expedientes de varias asociaciones. “Me sorprendería si, al menos, el diez por ciento de ese total no es ilegal”, opinó Finlay. Por su parte, el primer ministro aseguró que “este nuevo caso podría ser muy traumático para mucha gente”. Desde el gobierno se comprometieron a contactar a las víctimas para que puedan conocer su verdadera historia, aunque todavía no se presentó una iniciativa para realizar exámenes de ADN que determinen filiaciones genéticas. “Hay gente que va a descubrir que fue adoptada de esta manera después de creer durante 50 o 60 años que eran hijos biológicos de las personas que los criaron. También será difícil para los padres que los criaron, pues deberán tener una conversación delicada”, sostuvo el “taoiseach” (primer ministro). Esto no será posible para todos porque los afectados más jóvenes tienen 49 años, mientras que los mayores 72.

Entre los bebés dados en adopción por St Patrick’s Guild se encuentra el diputado Richard Boyd Barrett, de 51 años, quien calificó a la noticia como un “bombazo” y dijo que “ahora tiene muchas preguntas que hacerle a su familia adoptiva y biológica”. La madre biológica de Boyd Barret es la actriz Sinéad Cusack, actual pareja del actor británico Jeremy Irons. “No sé realmente si yo soy uno de esos casos, probablemente no”, opinó el diputado. 

El escándalo hizo que se reaviven las iniciativas para modificar la ley de adopción irlandesa. “Sabemos desde hace años que había registros inexactos”, subrayó la ministra de Infancia, Katherine Zappone, quien se disculpó por “este nuevo fracaso del Estado”. Para la funcionaria, los casos de la agencia St. Patrick’s “crean la necesidad de que revisemos la ley”. Sin embargo, señaló que deberá haber un balance entre el derecho a la privacidad de aquellos padres que no quieran ser contactados por sus hijos biológicos y el derecho a la identidad de quienes son adoptados. Para Zappone, el objetivo es darle a la persona adoptada el derecho de pedir su partida de nacimiento e información sobre su proceso de adopción, pero deberán firmar un documento en el que se comprometen a no contactar a los padres biológicos sin su consentimiento.

La senadora Jillian van Turnhout, impulsora de un proyecto que se trató el año pasado en el Parlamento, sostuvo que muchas madres no dieron su consentimiento en el momento de la adopción y que hoy muchas “anhelan saber qué pasó con sus hijos”. Van Turnhout opinó que hay “mucha presión para que no se haga pública esta información” y que el gobierno confunde el derecho a la identidad de las personas adoptadas con el derecho a una relación con sus padres biológicos.

La denuncia sobre las adopciones ilegales se da en un marco en el que la Iglesia católica está perdiendo su influencia sobre la población irlandesa. “Ahora este país es diferente, como demuestra el resultado del referéndum del pasado fin de semana”, aseguró Varadkar, haciendo referencia al plebiscito que despenalizó el aborto en dicho país. 

La Iglesia también fue golpeada por casos de sacerdotes pedófilos y el encubrimiento de sus delitos. En octubre de 2005, una investigación reveló que 21 sacerdotes de una diócesis del condado de Wexford había abusado sexualmente de más de cien niños entre 1966 y 2002. Luego, en 2009 se publicó otra investigación que recogía más de 2000 testimonios que relatan abusos físicos y sexuales por parte de responsables de internados controlados por órdenes religiosas católicas entre 1914 y el 2000. Ese mismo año, otro informe causó la renuncia de cuatro obispos irlandeses. En 2010, el papa Benedicto XVI aceptó las renuncias y nombró a cinco arzobispos y cuatro religiosos para llevar a cabo una inspección.