Después de una jornada de protestas que fueron reprimidas por fuerzas del gobierno de Daniel Ortega, la policía nicaragüense informó que entre el miércoles y la madrugada de ayer 15 personas murieron por armas de fuego y otras 199 sufrieron heridas.
A su vez la Iglesia católica de Nicaragua rechazó ayer retomar el diálogo entre el gobierno y la oposición para acabar con las protestas que azotan al país des hace varias semanas, con un saldo de docenas de manifestantes muertos. La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) anunció que no reanudar el diálogo en busca de una salida a la crisis que atraviesa el país mientras “el pueblo siga siendo reprimido y asesinado’’. Previamente, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) había dado cuenta de 11 personas fallecidas y otras 79 resultaron heridas el miércoles. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en un video publicado en la web este jueves, condenó “los asesinatos’’ y tras solidarizarse con las familia de las víctimas, llamó al estado a “detener la violencia de estos factores represivos’’.
En Managua, la jornada del miércoles dejó escenas de pánico, cuando cientos de miles de opositores que marcharon a la Universidad Centroamericana (UCA). Los primeros en llegar tuvieron que refugiarse en comercios cercanos y en la Catedral debido a los disparos de las fuerzas de seguridad y grupos afines al gobierno de Daniel Ortega, quien poco antes aseguró que no dejaría el cargo.
Sin embargo, el gobierno señaló en un comunicado que esos actos obedecen a grupos de oposición con “agendas políticas específicas que buscan aterrorizar a la población”, lo que calificó como “una conspiración’’ que pretende destruir la seguridad y la vida en el país.
Estos incidentes entre opositores, policías y grupos afines al gobierno son unos de los más violentos que se viven en la capital y elevan a casi un centenar la cifra de fallecidos desde que comenzaran las protestas el 18 de abril. “Los agresores fueron la policía represiva y las fuerzas de choque’’ que responden al presidente Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, indica el informe de Cenidh. El gobierno negó que tenga fuerzas de choque y rechazó la responsabilidad en los últimos hechos de violencia.
Durante los incidentes también resultaron quemadas instalaciones de la emisora oficialista Radio Ya, una cooperativa de crédito rural y resultó destruida la fachada del estadio nacional de beisbol. También fueron atacados el canal opositor 100% Noticias y las plantas de transmisión de la también opositora radio Darío, en León, denunciaron sus propietarios.