“¿Es equidad que durante años hayamos poblado la provincia de Buenos Aires de universidades públicas, cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad?” La pregunta de la gobernadora María Eugenia Vidal siguió cosechando ayer repudios desde la comunidad académica, la dirigencia política y distintos espacios sindicales, que coincidieron en señalar su carácter prejuicioso, reaccionario y discriminatorio, así como destacaron su falsedad, dado que los datos oficiales muestran que las universidades creadas en las últimas décadas en el conurbano bonaerense han ampliado el acceso a los estudios superiores de los sectores sociales de bajos ingresos. La propia Vidal, después del masivo rechazo que recibió, impostó un discurso a favor de la educación pública, pero sin retractarse de sus dichos.
“Da vergüenza ajena lo que dijo Vidal”, apuntó Jorge Calzoni, rector de la Universidad Nacional de Avellaneda, para quien la gobernadora “tiene una mentalidad elitista”. Mario Lozano, ex rector de la Universidad Nacional de Quilmes y actual director general del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), opinó que las declaraciones de la gobernadora “son discriminatorias e ignoran el rol de movilidad social que las universidades del conurbano representan para miles de familias bonaerenses, cuyos hijos son primera generación de universitarios”. Como publicó este diario, universidades asentadas en el conurbano como las de La Matanza, Moreno, Tres de Febrero, General Sarmiento o Arturo Jauretche (Florencio Varela), entre otras, tienen una matrícula compuesta entre un 74 y un 94 por ciento por alumnos que son primera generación de universitarios en sus familias.
El ex ministro de Educación Alberto Sileoni vinculó al imaginario que se desprende de las palabras de Vidal con el neoliberalismo que “aborrece la igualdad. El pensamiento de la gobernadora lo ratifica, tristemente, una vez más. Para que los más pobres accedan a la universidad hay que tener una política de expansión y sostener la inversión educativa, que viene decreciendo año a año. Hay que acercar la universidad a las comunidades. Cercanía que no es solo geográfica, sino también humana y cultural; la universidad ubicada en los barrios más populares pasa a ser un derecho ‘a mano’, y deja atrás su imagen distante e inalcanzable”.
Con unanimidad, las federaciones de docentes universitarios expresaron su repudio. “No sobran universidades, falta presupuesto”, remarcó la Conadu Histórica. “A cien años de la Reforma Universitaria, la pueril falacia de la gobernadora es en realidad una ensayada articulación discursiva que busca en primer lugar erosionar a la universidad pública y, además, excluir a ‘los pobres’ de su condición de sujetos del derecho a la educación superior, en un claro acto discriminatorio –planteó la Conadu–. En la Argentina, la educación superior es un derecho y su garantía una responsabilidad del Estado, gracias a cien años de lucha de nuestro pueblo contra las visiones elitistas como las que expresan Vidal y el gobierno de Cambiemos.” Para los docentes de la Fedun, las palabras de la gobernadora “manifiestan un flagrante desconocimiento de la realidad social y se fundamentan en un rechazo profundo de la educación pública”. En particular, enfatizaron que de no existir las universidades del conurbano “dado el alto costo que tiene el transporte público –que sigue aumentando–, la educación universitaria estaría vedada para muchos estudiantes que hoy cursan sus carreras en esas casas de estudios. La mayoría de ellos son primera generación de universitarios en sus familias. Esto pareciera ser invisible a los ojos del Gobierno”.
Desde el sector político hubo múltiples rechazos, especialmente desde la oposición. Aunque no abundaron, también se pronunciaron algunas voces afines al oficialismo. Por ejemplo, Franja Morada se vio obligada a salir al cruce de la gobernadora. La regional Buenos Aires de la agrupación radical le recordó los valores del reformismo universitario y reivindicó la educación laica de libre acceso, la ayuda social a los estudiantes, la relación obrero-estudiantil: “Como reformistas garantizamos y defendemos estos ideales, y no vamos a permitir que usted o cualquier otra autoridad degrade la supremacía de la educación pública, ni al pueblo que es garante de ese derecho”, le avisaron. A su vez, el dirigente radical Ricardo Alfonsín expresó su “sorpresa por los dichos” de Vidal y consideró que “es cierto que la pobreza representa limitaciones severas para acceder a los derechos, pero la respuesta no es terminar con éstos, sino con la pobreza. Y, mientras tanto, hacer lo necesario para reducir sus limitaciones: por ejemplo, facilitar el acceso a la universidades. Espero que no se pretenda arancelarlas o cerrarlas”.