Hay un factor que se repite durante toda la charla de PáginaI12 con el escenógrafo, pintor y director teatral Roberto Platé, y es su constante mención a Raúl Damonte Botana, más conocido como Copi. En cierto punto es lógico, ya que la obra que el artista radicado en París estrena hoy en Buenos Aires fue escrita por el fallecido dramaturgo. Pero la invocación permanente en realidad responde a otra cosa, bastante más profunda y que se hace evidente al poco tiempo de empezada la entrevista: hubo un antes y un después en la vida (artística) de Platé y fue cuando conoció a Copi. “Personajes así hay uno cada cien años. Era como (María) Callas o (Carlos) Gardel”, reafirma el artista, que también inaugurará una muestra la semana próxima.
La obra que hoy sube a escena en El Excéntrico de la 18° es El uruguayo, aunque originalmente fue escrita por Copi en formato de novela autobiográfica. Pero, en los agradecimientos del libro, el autor se la dedicó a Platé y entonces, “para que no quede guardada en la biblioteca”, el director decidió convertirla a espectáculo y sacarla de gira por todo el mundo. Esta será la segunda vez que la hace en la Argentina pero la primera en castellano, porque hasta ahora era en francés (cuando ameritaba, con subtítulos). Así, la actriz que hace de Copi, la talentosa parisina Claire Ruppli, no sólo debió “convertirse” de mujer en hombre sino también aprender un idioma, una forma de decir y hasta una idiosincrasia, tal como pide su personaje.
Como sugiere su nombre, la obra hace un recorrido por los años en los que el propio Copi vivió en el país vecino, definidos por él mismo como “los más capitales” de toda su vida. “Es una obra sobre el exilio y la soledad”, resumen Platé, que viajó y trabajó con el autor en varias oportunidades, entre ellas en la polémica y famosa obra Eva Perón, que se hizo célebre mundialmente. Para él también la obra es un poco autobiográfica: nacido en Buenos Aires, Platé se vio forzado a dejar el país por un episodio de censura con una de sus obras durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, en 1968. Nunca más volvió a residir en la Argentina. “Hacer esta obra aquí es todo un movimiento. Estoy convencido de que lo que uno hace los primeros veinte años de su vida lo marcan para siempre. Por eso, venir a hacer teatro al país es algo que me produce una nostalgia terrible”, afirma.
Acaso sin buscarlo, la cuestión de género pero también la de la sexualidad pisan fuerte en la obra, que también por primera vez incluye dentro de la escenografía una proyección de algunas obras del propio Platé, alusivas al texto del/la protagonista. “En primer lugar se da por la transición de Claire de mujer a hombre, que es muy impresionante a la vista y que resulta de forma maravillosa. Pero hay otras cosas que tienen que ver, por ejemplo, con la escenografía. En el medio del escenario hay un elemento que es como un pene gigante, de dos metros de alto y dorado. En un principio no lo buscamos, pero la sombra de ese objeto juega con las proyecciones, de modo que en un momento queda en la boca de (el ex presidente de Uruguay) José Mujica o entre las piernas de una mujer que se ve en la pantalla”, adelanta el director, que dice que Copi fue un “visionario” porque en el texto que escribió en los ‘70 ya imaginó un Papa argentino.
El uruguayo hará pocas funciones en Buenos Aires para luego volver a los escenarios del mundo. Se verá en la sala ubicada en Lerma 420 únicamente durante junio, los viernes a las 21 y los sábados a las 22. Pero, para quienes se queden con ganas de ver más del universo artístico de Platé, habrá oportunidad en el campo de las artes escénicas. Y es que desde el próximo jueves 7 de junio (y hasta el 28 de ese mes) el artista expondrá una serie de cien autorretratos en papel que viene haciendo desde la década del 070. “Todo pintor obstinadamente persigue el misterio de su propia mirada”, dice el pintor citando a Raúl Santana. Los trabajos se expondrán en la Galería de Arte Vermeer, en Suipacha 1168. Se podrá visitar de lunes a viernes de 11 a 15 y de 16 a 19.30.