Al menos 48 personas murieron ayer al naufragar una embarcación precaria con alrededor de 180 migrantes a bordo frente a la costa meridional de Túnez, el peor naufragio ocurrido en el Mediterráneo desde el pasado febrero, informó el ministerio tunecino de Interior.
La guardia costera tunecina logró rescatar a cerca de 70 personas durante una operación de salvataje en el sur del país. Uno de los rescatados explicó a medios locales que la mayoría de los que navegaban en la barcaza de pesca de madera eran, como él, ciudadanos tunecinos y que el resto procedían de países del Africa Subsahariana.
De acuerdo con su relato, la embarcación salió poco antes del amanecer de una playa próxima a la frontera con Libia y navegó durante cerca de nueve horas antes de que comenzara a hacer agua por una grieta en el casco.
Responsables de Seguridad explicaron que en las labores de rescate trabajaban un avión de la fuerza aréa, equipos de protección civil y otros efectivos, y que se buscaba tanto al supuesto patrón de la embarcación como a la red que preparó el viaje clandestino.
La salida de inmigrantes irregulares rumbo a la costa de Europa es menos frecuente en Túnez que en su vecinos Libia y Argelia pese a que las costas italianas se hallan más cerca.
La mayoría de los que se aventuran al mar son jóvenes desempleados tunecinos que buscan una esperanza de futuro ante la aguda crisis económica que padece su país, que ha puesto en riesgo la única transición democrática que ha sobrevivido a las primaveras árabes. Las autoridades no descartan que la cifra de víctimas mortales pueda elevarse aún más en las próximas horas.
Según datos de la Organización Internacional de las Migraciones(OIM), este es el naufragio de inmigrantes más grave que se produce en aguas del Mediterráneo desde que el pasado febrero 90 personas perdieran la vida al hundirse un bote que había salido de una playa de Libia. De acuerdo con esa organización, vinculada a la ONU, más de 32.000 migrantes irregulares han llegado a Europa a través de las tres rutas de inmigración –oeste, central y este– en el Mediterráneo desde que comenzó este año y más de 660 han perdido la vida en el intento.
Sin embargo, a tres años de la llamada crisis de refugiados, marcada por el ingreso de alrededor de un millón de migrantes en menos de un año, Europa se encuentra sumida en un debate cada vez más nacionalista y antimigratorio.