“¡Aguante la ficción!”. El grito de Peter Lanzani, protagonista de Un gallo para Esculapio, la ficción de Telefe que fue la gran ganadora de la noche, marcó el fin de una larga, tediosa y previsible ceremonia de entrega de los premios Martín Fierro. La miniserie producida por Underground, TNT, Telefe y Cablevisión Flow cerraba así una noche en la que con justeza artística ganó el Oro, tras haberse impuesto en otros seis rubros, como mejor miniserie, dirección (Bruno Stagnaro), guión (Stagnaro-Ariel Staltari), actor protagónico (Luis Brandoni), actor de reparto (Luis Luque) y revelación (Diego Cremonesi). Más allá de los ganadores, lo cierto es que la 48° edición de los Martín Fierro será recordada como la fiesta en la que las mujeres se convirtieron en protagonistas, y no precisamente por el glamour de sus vestidos: a lo largo de la velada fueron muchos los discursos que hicieron explícito su apoyo al proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. El Martín Fierro abandonó su dorado habitual para teñirse de verde.
Si bien la ceremonia propiamente dicha comenzó a las 21, lo cierto es que el movimiento y el ruido alrededor del Icon Alvear de Puerto Madero en el que se realizó la gala comenzó mucho más temprano. Y no justamente por las dos horas previas de alfombra roja, sino más bien por la multitudinaria manifestación de los trabajadores de la TV Pública, Radio Nacional y la agencia Télam, que aprovecharon la ceremonia para denunciar el “proceso de ajuste, vaciamiento y despidos que, con sus matices, afecta el funcionamiento de los tres medios tradicionales bajo gestión estatal”. Convocada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa), el Sindicato Argentino de Televisión (SatSaid )y la Asociación Argentina de Actores (AAA), la protesta se hizo sentir en convocatoria y banderas bajo la consigna “Que no te apaguen los medios públicos”. El “hit del verano” en versión Hernán Lombardi fue una de las canciones más cantadas por los manifestantes.
En la transmisión oficial de Telefe de la alfombra roja no hubo ninguna mención a esta protesta. Llamativamente tampoco comentario alguno a la convocatoria a vestir alguna prenda o detalle verde en favor del aborto legal, pese a que Eva de Dominici fue entrevistada en vivo y llevaba un vestido en el que se leía bien visible “Aborto Legal Ya”, “Educación sexual”, “Vivas nos queremos”, “Actrices argentinas” y otras consignas a favor del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. Tampoco dejó de sorprender que ninguna de las actrices que se sumaron a la iniciativa con aros, carteras, vestidos o algún distintivo a tono con la causa fueran entrevistadas. La única que pasó por la transmisión de la alfombra roja que apoya la despenalización del aborto fue Mariana Fabbiani, que hizo explícito su “detalle de los aros verdes”, pero no hubo repregunta ni comentario alguno sobre la decisión de muchos y muchas de ir vestido con algún detalle verde. Que ninguna consigna social empañe la alfombra roja.
Recién una vez comenzada la ceremonia los televidentes supieron que hay muchos protagonistas del medio artístico al que el glamour desplegado para la ocasión no les impide tener conciencia social, abrazar causas que creen justas. No hay planificación celebratoria televisiva que impida la libertad de poder decir. La realidad no se puede ocultar ni sabe de decisiones artísticas.
Ya desde el primer premio, cuando el equipo de Telefe Noticias subió a recibir su Martín Fierro como mejor noticiero, la “ola verde” se hizo visible en la transmisión en la voz de Cristina Pérez. “Como mujer les quiero hablar a los legisladores. Se vienen días definitorios. No le tengan miedo a la libertad de las mujeres. Nadie va a hacer lo que no quiera hacer. Pero nadie debe ser condenado por hacer lo que cree. Apuesten a la educación y no a la inquisición. Tráigannos al siglo XXI. Saquen a las mujeres de la libertad condicional y hagan historia. En nombre de todas las mujeres argentinas, les pido eso: hagan historia”, interpeló a los legisladores la conductora del noticiero, en referencia a la proximidad de la sesión del 13 de junio en la que se tratará el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. Los fervorosos aplausos que acompañaron su discurso marcaron el tono de lo que vendría después en la gala organizada por Asociación de Periodistas de Televisión y Radio Argentina (Aptra).
El de Pérez fue el primer de muchos discursos pidiendo por el “aborto gratuito, legal y seguro”. Desde Luz Cipriota a Esteban Lamothe, pasando por Eva de Dominici y Celeste Cid, fueron muchas y muchos los que utilizaron la ceremonia anclada en el pasado de los Martín Fierro para visibilizar el apoyo al proyecto de ley. Violeta Urtizberea, elegida como la mejor protagonista en ficción diaria por su papel de Florencia en Las estrellas, se tomó su tiempo sobre el escenario para envolver a la estatuilla con el pañuelo verde y parafrasear al Martín Fierro, sin temor a nada ni a nadie: “Las mujeres sean unidas porque esa es la ley primera –no sé si Martín está de acuerdo–, porque si entre ellas se pelean, nos devoran los de afuera”. Fue un símbolo de una noche en la que buena parte de la comunidad artística se manifestó a favor de la despenalización del aborto. La única excepción fue, insólitamente, la de un ejecutivo de Turner, que en pleno festejo del Martín Fierro de Oro de parte del elenco de Un gallo... expresó estar “a favor de las dos vidas”. Un comentario extemporáneo por dónde lo mire. Nadie lo aplaudió.
En una noche en que las mujeres fueron protagonistas, en la que el verde copó la fiesta pidiendo una y otra vez por el aborto gratuito, legal y seguro, Aptra pareció seguir anclada en la TV en blanco y negro. No solo porque sus miembros siguieron premiando a las dos longevas divas de la pantalla chica, otorgándole a Susana Giménez tres estatuillas (programa de entretenimientos, conducción y producción integral, además de llevarse el Martín Fierro de la gente), y reconociendo a Mirtha Legrand por sus cincuenta años de almuerzos. Eso, en todo caso, ya forma parte de lo habitual en una ceremonia que parece premiar la historia más que a las producciones y profesionales del año calendario que pretende reconocer. El olor a naftalina se diseminó por todo el salón y trascendió los límites de los televisores cuando el misógino y machista Polémica en el bar fue elegido como el mejor programa de humor/actualidad. Un despropósito que ni el impecable homenaje a #NiUnaMenos, a cargo de Nancy Dupláa y Carla Peterson desde el Puente de la mujer, pudo disimular.
Otra de las cosas visibles que dejó la ceremonia de ayer fue que “la grieta” que durante años dominó el debate discursivo parece haber quedado en el pasado. O al menos haber entrado en un impasse. La difícil situación actual que viven los periodistas, ante el cierre de medios y los problemas salariales que atraviesan, fue el otro foco de los discursos. El director y coguionista de Un gallo para Esculapio, Bruno Stagnaro, fue el el primero en hacer referencia al reclamo que los trabajadores de los medios estatales realizaban en la puerta del hotel. “Quiero solidarizarme con los muchachos y trabajadores de los medios públicos, porque comparto y me sumo a su reclamo”, subrayó. La periodista Mariana Contartessi, que se impuso en labor periodística femenina, también apoyó a sus colegas. “Quiero solidarizarme con mis compañeros periodistas, especialmente con los de la radio. Se han cerrado radios y ha muchos que han perdido su trabajo se les hace muy difícil reinsertarse”. En el mismo sentido, el mejor cronista televisivo de 2017 para Aptra, Guillermo Panissa, se refirió a la crisis de los medios. “Se acerca el Día del periodista: no queremos regalos, queremos trabajo. Queremos preguntar y trabajar”, afirmó. Diego Cremonesi, revelación por su papel en Un gallo..., también expresó su “solidaridad por quienes luchan por sus puestos de trabajo”.
Esas no fueron las únicas referencias a la movilización de los trabajadores de los medios estatales. Al momento de subir al escenario a recibir la estatuilla por la que Debo decir ganó como mejor programa periodístico, Luis Novaresio también dijo lo suyo. “Los que hacemos las cosas con pasión -subrayó- estamos convencidos de que lo más importante es escuchar antes de contestar, sin tener la menor atención de lo que está diciendo el otro. Hoy cuando llegamos había gente de la TV Pública pidiendo, hay que escucharlos, a la gente de Radio Del Plata, que no están pidiendo nada más novedoso que ser escuchados y poder trabajar de lo que quieran. Nos aburrimos de los que nos explican lo inexplicable y los que encima, sin los resultados, nos dicen que estamos equivocados, y esto vale para todos y todas. Quiero celebrar esta noche de la tele como un encuentro para escucharnos”. Antes, Andy Kusnetzoff, cuyo programa Podemos hablar ganó en la categoría “interés general”, había hecho un pedido sobre el debate público. “Más allá de cómo piense cada uno -dijo el periodista-, creo que podemos hablar y no tenemos que ser agresivos. Agregaría este año que podemos ponernos en el lugar del otro. Hay mucha gente que no la está pasando bien y es importante ponerse en el lugar de toda esa gente, colaborar ser solidario pensar a la hora de elegir y a la hora de votar qué vamos a hacer”.
A la hora del recuento final, entre los canales, Telefe cosechó 15 estatuillas (más el Martín Fierro de la gente para Giménez), El Trece quedó segundo con nueve, América obtuvo seis y la TV Pública sólo dos (llamativamente ninguno de los ganadores hizo referencia a la protesta de los trabajadores de la emisora estatal). La miniserie Un gallo para Esculapio se llevó siete estatuillas en una noche en la que, polémicas en algunos premios mediante, será recordada por haber sido la ceremonia en la que la solidaridad entre colegas periodísticos se impuso por sobre cualquier diferencia y el Martín Fierro se vistió de verde. Los tiempos cambian. Aunque muchos parecen no darse cuenta.