El año que pasó será difícil de olvidar para José María López. El cordobés de Río Tercero volvió a brillar en el automovilismo internacional, consagrándose una vez más en el Campeonato Mundial de Turismo (WTCC), como en 2015 y 2014, pero también pudo cumplir el sueño de inaugurar su propio Museo, que se puede visitar en su ciudad natal. La culminación llegó acompañada de un monumento en homenaje al corredor, que también se exhibe en ese sitio de Córdoba. El gran rendimiento que tuvo en Europa provocó que se quedara con el Olimpia de Plata en la actividad.
Los reconocimientos siguieron para López en su provincia, debido a que en los últimos días fue elegido como el mejor deportista del año, al recibir el Rombo de Oro, que entrega allí el Círculo de Periodistas Deportivos de Córdoba.
El piloto, luego de los tres títulos logrados a bordo del Citroën C-Elysée, acompañado cada uno por las copas de constructores para la escudería, se despidió de esa categoría para desembarcar en la Fórmula E. Por ese motivo, terminó siendo una temporada diferente para él, y en el Museo se resume toda su trayectoria, algo que había imaginado desde chico. En ese sitio se pueden encontrar más de 250 copas, los autos y los buzos antiflama más destacados que lució durante su carrera, e infinidad de imágenes y recuerdos que todos los amantes del automovilismo pueden conocer. Entre ellos, el auto ganador traído especialmente desde Francia.
La última presentación en el Mundial de Turismo fue en Qatar, y el cordobés se ubicó en el quinto lugar. En ese momento, ya tenía claro que su futuro continuaría en la Fórmula E.
López no tuvo que esperar el 2017 para debutar con los autos eléctricos, debido a que la temporada comenzó en octubre último. En Hong Kong, el argentino no exhibió el mejor desempeño. Más allá de que había alcanzado un gran tercer puesto en la clasificación, sufrió la rotura de la suspensión de su unidad en la primera vuelta, a raíz de un toque con uno de los muros del circuito callejero del Central Harbourfrontal, en una maniobra que involucró también a su compañero en el equipo DS Virgin Racing, el británico Sam Bird.
“Pechito”, como se lo conoce en el mundo del automovilismo, fue perdiendo rendimiento y posiciones, y no llegó ni siquiera al cambio de vehículo, ya que el inconveniente lo llevó nuevamente contra los muros en la zona de la chicana, y definitivamente quedó fuera de competencia.
La revancha la tendría un mes después en Marruecos. En la ciudad de Marrakesh, López pudo terminar la carrera y finalizó en la décima posición. El cordobés finalizó a 33s863/1000 del ganador, el suizo Sebastien Buemi. Cumplidas las dos primeras fechas del calendario de la categoría, López ocupa la 16ª posición en el torneo de Pilotos, con apenas un punto. El provisorio líder es Buemi con 50 unidades.
La próxima carrera se disputará el 18 de febrero, y será el Gran Premio de la Argentina, que tendrá como escenario un trazado urbano diseñado en la zona de Puerto Madero (2.479 metros de extensión). López intentará allí tener el mejor rendimiento, y sellar un fin de semana a pleno en su país.
La otra gran aspiración de López será poder competir este año en las 24 horas de Le Mans. Y todo indicaría que el equipo Toyota le otorgará el tercer auto que tiene a disposición. La de Le Mans es una carrera de resistencia que se disputa anualmente en el circuito de la Sarthe, Francia. En ese lugar se reúnen pilotos y equipos de diferentes campeonatos nacionales e internacionales. A todo eso apuntará el hombre de Río Tercero, después de haber atravesado un 2016 de ensueño.