Las negociaciones para acceder a un crédito del Fondo Monetario Internacional están por concluir. “El acuerdo se cierra esta semana o la próxima”, confirmaron ayer a este diario desde el Palacio de Hacienda. Los funcionarios de la cartera que encabeza Nicolás Dujovne permanecen en la sede del organismo multilateral en Washington negociando detalles del programa de ajuste y reformas que se compromete a implementar el gobierno de Mauricio Macri para habilitar el financiamiento. El stand-by excepcional solicitado por Argentina requiere del visto bueno del Directorio del FMI.
El próximo fin de semana el mandatario coincidirá en una cumbre del G-7 en Canadá con la titular del organismo, Christine Lagarde. El entusiasmo que despierta en el sector financiero el inminente regreso del Fondo impulsó una escalada en la bolsa de comercio local, donde las acciones registraron aumentos de hasta 12 por ciento.
Cuatro semanas atrás Argentina solicitó formalmente un crédito stand-by de acceso excepcional. Esa variante del préstamo más tradicional ofrecido por el organismo tiene como objetivo superar el tope de financiamiento de 19.700 millones de dólares previsto para el país. El límite en esos préstamos donde los desembolsos están sujetos al cumplimiento de las condicionalidades establecidas por el FMI es 4,5 veces la cuota de cada miembro. La revitalización experimentada por el Fondo durante la crisis internacional llevó al deslegitimado organismo a establecer nuevas líneas y excepciones. Siempre y cuando, los países acepten una supervisión ampliada del FMI y exhiban “capacidad política e institucional para llevar adelante el ajuste”, los máximos pueden ser ampliados. El anhelo oficial es contar con más de 30.000 millones de dólares. Los funcionarios quieren complementar los fondos provenientes del FMI con el anuncio de financiamiento adicional de organismos como el Banco Mundial y líneas de crédito contingente con otros bancos centrales.
La magnitud para el recorte del gasto que trascendió asciende a 200.000 millones de pesos anuales. Obra pública en infraestructura, subsidios y la seguridad social (jubilaciones, pensiones y asignaciones) son los componentes del gasto más expuestos a la tijera del FMI que utilizará Dujovne. El relevamiento de las recomendaciones realizadas por el Fondo a fines de 2017 en la supervisión del Artículo IV evidencia el interés del organismo por profundizar la reformar del sistema de la seguridad social. El FMI propone definir un pilar no contributivo para adultos mayores de 65 años pobres y otro contributivo, pero sin regímenes especiales. A su vez, “recomienda” una nueva modificación en la fórmula de actualización de las jubilaciones. Aunque los cambios aprobados en diciembre llevan su firma, el organismo propone ahora que los reajustes trimestrales se produzcan en base a la inflación futura y no a la pasada. Las sugerencias previstas en el documento insisten con la universalización del aumento en la edad jubilatoria para las mujeres de 60 a 65 años. Además, buscan reducir los aportes personales y contribuciones patronales al 10 por ciento.