La canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, fue elegida ayer como la próxima presidenta de la Asamblea General de la ONU y se convertirá en la primera latinoamericana que ocupe el cargo.
“Quiero dedicar esta elección a todas las mujeres del mundo que hoy participan en política, que se enfrentan a ataques políticos y mediáticos marcados por el machismo y la discriminación”, afirmó Espinosa, de 53 años, ante la Asamblea. Además, rindió un especial homenaje a las mujeres que luchan por acceder a trabajos en igualdad de condiciones, a las víctimas de la violencia y a las mujeres y niñas que demandan acceso a información y educación de calidad. “Mi compromiso estará siempre con ellas”, dijo y subrayó su apuesta por que la ONU avance hacia la paridad.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, cuya elección, en 2017, fue criticada porque muchos querían que su cargo fuese ocupado por una mujer, celebró la experiencia de Espinosa como diplomática, pero sobre todo, celebró que sea una mujer quien ocupe la presidencia del órgano. “Que la decisión de hoy allane el camino para acelerar el progreso hacia la igualdad de género, dentro y fuera de las Naciones Unidas”, afirmó el máximo representante de la ONU. La última mujer en presidir el cuerpo fue Sheikha Haya Rashed Al-Khalifa de Bahréin, en 2006. Décadas antes lo ocuparon diplomáticas de India y Liberia.
Geógrafa, ecologista y poeta, Espinosa será la cuarta mujer que dirija la Asamblea General –el órgano principal de la ONU– en 73 años de historia. La ecuatoriana se impuso con claridad a la otra aspirante, la embajadora de Honduras ante Naciones Unidas, Mary Elizabeth Flores. La ministra de Ecuador obtuvo el respaldo de 128 de los 193 Estados miembros, mientras que Flores recibió el apoyo de 62.
Espinosa ocupará el puesto durante un año a partir del próximo septiembre, cuando reemplazará al actual presidente, el eslovaco Miroslav Lajcak. “Agradezco profundamente el voto de confianza que hoy han depositado en el Ecuador para presidir esta Asamblea”, dijo Espinosa en su discurso tras la votación.
La presidencia de la Asamblea General corresponde cada año a un grupo regional y la práctica habitual es que los países pacten una candidatura única, por lo que el órgano simplemente ratifica la decisión en una votación secreta.
En esta ocasión, sin embargo, el grupo de Latinoamérica y el Caribe no fue capaz de llegar a un acuerdo y las dos candidatas tuvieron que apurar hasta el último momento sus campañas. La elección se produjo en medio de una clara división en Latinoamérica y generó un choque diplomático entre los dos países aspirantes, después de que Ecuador presentara el pasado febrero la opción de Espinosa. Honduras llevaba años trabajando en su candidatura y defendía que Ecuador se había comprometido en 2015 a respaldar sus aspiraciones, algo que siempre negó el Gobierno ecuatoriano.
Ecuador propuso el pasado febrero a Espinosa como candidata, una decisión que llevó a Honduras a expresar oficialmente su malestar y sorpresa, así como a pedir que se retirara la postulación de la canciller ecuatoriana.
Aunque el voto en la Asamblea es secreto, algunos países latinoamericanos como Colombia o Brasil se posicionaron públicamente con Flores, mientras que otros como Venezuela respaldaron a Espinosa.
Como es habitual en la ONU, en las elecciones entraban en juego numerosos factores como alianzas políticas, intereses nacionales y cuestiones específicas de la agenda. En este caso, una de las que pudo pesar en beneficio de Ecuador fue el conflicto palestino-israelí, pues Quito mantiene una posición más cercana a los palestinos que es la mayoritaria dentro de la Asamblea General.
Honduras, mientras tanto, se ha mostrado más próximo a Israel y fue uno de los pocos países que mostró su respaldo al polémico reconocimiento de Jerusalén como capital israelí por parte de Estados Unidos.
Espinosa fue ministra de Defensa del gobierno izquierdista de Rafael Correa entre 2012 y 2014 y es canciller de Ecuador bajo el actual gobierno de Lenín Moreno. Fue también ministra de Patrimonio Cultural y Natural y embajadora ante la ONU en Nueva York y en Ginebra.
“¡Felicitaciones María Fernanda Espinosa! Un honor y un orgullo para Ecuador. La primera mujer ecuatoriana, y de la región de América Latina y el Caribe, en ocupar la presidencia de la Asamblea General de la ONU”, tuiteó el presidente Lenín Moreno tras la votación.
Espinosa se comprometió ante los Estados miembros actuar como una facilitadora imparcial, objetiva y abierta, que, según aseguró, escuchará las posturas de todos los países, pero que también tratará de liderarlos para que tomen decisiones en los ámbitos más importantes de la agenda. Además, defendió el multilateralismo: “Esta elección ha sido un acto del fortalecimiento del multilateralismo. Todos los Estados hemos ganado”, sostuvo la diplomática tras su triunfo. “Tenemos el reto de construir una organización más fuerte y más eficiente”, afirmó. “El fortalecimiento del multilateralismo no es una opción, es una obligación”.
Entre otras cuestiones, señaló entre sus prioridades las políticas de migración, de desarrollo y de clima y defendió la necesidad de que Naciones Unidas siga avanzando en su proceso de modernización y reforma.