En la segunda audiencia del juicio a Nahir Galarza, la joven de 19 años acusada de asesinar a su novio Fernando Pastorizzo, declararon siete amigos de la víctima, quienes relataron, en los tribunales de Gualeguaychú, los diversos grados de maltrato, agresiones y amenazas que vivió el joven durante la relación de noviazgo con la imputada. En la audiencia, se exhibieron audios, fotos y WhatsApp que buscaron mostrar que el joven, quien estaba por cumplir 21 años y que recibió dos balazos, era víctima de violencia por parte de la procesada. La defensa objetó el relato de uno de los testigos de la querella, el del primo hermano de Nahir, y pidió que sea considerarlo “falso testimonio”.
Al igual que en la jornada anterior, Galarza llegó a la sede judicial esposada y escoltada por policías. Vestida íntegramente de negro, con zapatillas con plataforma y una gorra policial con la que intentó cubrirse el rostro cuando ingresaba a los tribunales.
Minutos antes de las nueve, el tribunal integrado por los jueces Mauricio Derudi, Arturo Exequiel Dumón y Alicia Vivian comenzó a escuchar a los testigos que, en líneas generales, fueron coincidentes sobre la relación que mantenían los dos jóvenes, que “tuvo idas y vueltas” desde que comenzaron su vínculo en 2013 hasta el momento del homicidio, el 29 de diciembre del año pasado, y a la que Pastorizzo quiso poner fin varias veces. Relataron, entre otras agresiones, un episodio de violencia que el joven habría sufrido a manos de Galarza y una amiga de ella, y coincidieron en que Pastorizzo “no era violento” sino “más bien era sumiso”.
Un momento tenso y de fuerte contraste emotivo se vivió en la sala cuando al relato de la golpiza que sufrió el joven, se sumó una foto de Pastorizzo golpeado que se proyectó en el televisor del tribunal: mientras la madre de la víctima rompió en llanto, la acusada permaneció impávida.
Manuela Basaldúa, vecina y amiga del joven, fue la primera en declarar y asegurar que la relación había sido “un calvario” porque “Nahir era muy celosa y lo amenazaba con matarse si él la dejaba”. También sostuvo que Galarza lo amenazaba con denunciarlo por violencia de género si la dejaba y que el joven quería terminar la relación “pero nunca pudo por miedo de que ella hiciera algo contra ella misma”.
En este sentido, otro de los amigos de la víctima, Kevin Eckerdt, dijo “vivían peleados, una vez me mandó un mensaje en el que me puso: ‘No le faltan un par de jugadores, le falta el equipo entero’”.
Otro de los testigos, Lucas Ladner, relató las lesiones que recibió Pastorizzo la noche de Navidad del año pasado, cuando fue agredido por la imputada junto a una amiga, según le contó el mismo agredido tras mostrarle una foto en la que se lo veía con un ojo hinchado; fotografía que fue expuesta en la pantalla y suscitó las reacciones contrastantes entre la madre del joven y la acusada.
El quinto testigo, Juan Cabrera, cuya madre es hermana de la mamá de Galarza, prestó testimonio a pesar de que podía abstenerse por la relación de parentesco que mantiene con la acusada.
Cabrera, también relató la agresión que sufrió Pastorizzo el 24 de diciembre, aunque esta vez, ante el tribunal, sostuvo que fue Nahir, su prima, quien le contó el episodio, y mostró el registro de una llamada de 15 minutos que mantuvo con la imputada el 25 a las 8.52.
En diciembre y a pocas horas del crimen, Cabrera había declarado durante la investigación penal preparatoria que fue Pastorizzo quien le contó sobre la golpiza que le propinaron la imputada junto con una amiga. Esa discordancia, llevó a la defensa de Galarza a pedir que lo declarado sea considerado “falso testimonio”, incidencia que el jurado deberá resolver con posterioridad.
La audiencia se reanudará mañana con nuevos testigos, funcionarios policiales que detallarán los resultados de los peritajes.