"Que la Justicia no vuelva a desaparecer a Pichón", reclamaron ayer familiares de Gerardo Escobar y organizaciones sociales que se movilizaron en Fiscalía Federal. "1027 días, 7 jueces, 8 fiscales, 5 detenidos que fueron liberados", contabilizaron sobre el "manoseo" en la investigación por la desaparición y muerte del joven de 23 años, cuyo cuerpo apareció flotando en el río Paraná, el 21 de agosto de 2015. Aseguran que cada vez que el expediente cambia de manos es como empezar de nuevo. "Las demoras son injustificadas", aseguró el abogado Guillermo Campana, que busca evitar impunidad a través del pedido de medidas que aún no fueron ordenadas. En la causa interviene -ahora- la fiscal Adriana Saccone. Hay dos policías y tres patovicas implicados, pero están libres.
Luciana sostiene un letrero de alerta: "Acá no se investiga a los asesinos". Hace dos años y diez meses que reclama justicia por su hermano. "La Justicia no trabaja en la causa. En todo este tiempo pasaron jueces y fiscales que solo la manosearon, pero nadie dio respuestas. Al día de hoy, no tengo el agrado de conocer a la fiscal que está a cargo, y pasaron otros a los que tampoco conocí. Todavía no hay un juez actuando. Lo que les venimos a pedir es que no se olviden que tienen que trabajar en la causa, porque un día me van a llamar para decirme que se cerró, cuando a mi hermano lo persiguieron, lo encerraron y lo desaparecieron", se quejó la mujer.
Con una intervención que interpeló a la Justicia con el rostro de Pichón en el cuerpo de cada uno de sus amigos, compañeros y familiares, fueron a la Fiscalía de Entre Ríos al 700 para recordarles que están vigilando que el expediente avance. "Desde que el juez Marcelo Bailaque dejó en libertad a los cinco detenidos, que siguen imputados, nadie quiere investigar esto. Si para el Federal no hay pruebas suficientes sobre estas personas, que me digan quiénes son los responsables de la muerte de mi hermano. La Justicia lo sigue desapareciendo como lo desaparecieron aquel 14 de agosto", reclamó.
Para Luciana, las "irregularidades" en la causa se dieron desde el inicio. "Hubo hipótesis falsas, manoseo, idas y vueltas y recuerdo uno de los fundamentos del juez Bailaque, donde dijo que no estaba seguro de que Pichón había sido arrojado sin vida al río, porque para él, mi hermano se pudo haber resbalado. Le recuerdo que mi hermano no tenía agua en los pulmones y murió por una asfixia seca, o sea, que pudo ser por tortura", protestó. "Están buscando que la familia se canse, pero acá estamos, firmes", prometió. Y agregó: "Mi hermano no es el único que pasó por esto. Sabemos que hay otras víctimas y el Estado es el responsable".
Gerardo era empleado de Parques y Paseos de la Municipalidad. Fue visto por última vez el 14 de agosto de 2015, cuando salió del boliche La Tienda de Tucumán al 1100. La teoría del caso indica que al salir fue golpeado por uno de los custodios del lugar, según los registros de las cámaras de vigilancia. Pero tras esa secuencia, nada más se vio. La querella sospecha que las imágenes fueron "editadas", y tiene fuertes indicios de que el muchacho fue trasladado a la seccional 3º, donde hay presos que lo mencionaron y escucharon golpes. Siete días después, fue hallado muerto.