El presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia, pidió ayer disculpas por haber cancelado el amistoso con Israel en Jerusalén preparatorio para la Copa del Mundo de Rusia 2018 y aseguró que tomó la decisión “como un aporte a la paz mundial”.
“No es nada contra la comunidad israelí ni contra la comunidad judía, al contrario. Esta decisión que hemos llevado adelante quiero que sea tomado como un aporte a la paz mundial”, declaró Tapia en un mensaje a la prensa en las instalaciones del Barcelona, donde concentra la selección argentina.
El encuentro se canceló el martes por cuestiones de seguridad, después de las amenazas y advertencias que lanzaron grupos propalestinos contra la selección argentina y su capitán, Lionel Messi.
El amistoso se iba a jugar primero en Haifa pero luego fue trasladado al estadio Teddy Kallon de Jerusalén, en el marco de la alta tensión entre israelíes y palestinos por la decisión de Estados Unidos de trasladar su embajada a la Ciudad Santa, hecho que incrementó la presión sobre Argentina de sectores palestinos.
“Los que nos tratan de ignorantes nos subestiman. Porque hace más de 70 años que existe este conflicto. Lo que sucedió en las últimas horas, las acciones, las amenazas, nos han llevado a tomar esta decisión. Mi responsabilidad como presidente de la AFA es bregar por la seguridad de mi gente, por eso tomé la decisión”, argumentó el dirigente.
“Quiero pedirles disculpas a todos los argentinos que viven en la comunidad israelí, a todos los israelíes que sacaron las entradas y a los chicos que iban a ser parte de las acciones que se iban a realizar como un aporte para la paz”, agregó.
Tapia dejó abierta la posibilidad de “hacer en un futuro acciones juntos, ya sean futbolísticas o deportivas en Israel u otros países”, sin referirse al tema del cobro del contrato firmado con los organizadores.
El seleccionador de Argentina, Jorge Sampaoli, había manifestado públicamente que prefería jugar el amistoso con Israel en Barcelona para evitar la pérdida de días de entrenamiento en el viaje a Jerusalén. El ambiente venía cargado desde hace días y el presidente de la Asociación de Fútbol de Palestina, Jibril Rajoub, señaló el domingo que el partido era una “herramienta política” al servicio de Israel.
“No es un partido por la paz, sino un partido de política destinado a encubrir la ocupación fascista y racista”, señaló Rajoub, que pidió incluso que se quemaran camisetas de Messi.
La situación se tensó más el martes con la protesta de grupos propalestinos con camisetas argentinas manchadas con sangre frente a la concentración del plantel de Messi en Barcelona.