Los Gobiernos de Panamá y Estados Unidos informaron ayer que “concretaron la creación de una Fuerza de Tarea Conjunta Migratoria” para hacer frente a la migración irregular en la región. La Fuerza de Tarea Conjunta Migratoria es “un nuevo mecanismo para asegurar una coordinación más eficaz y completa, para hacer frente a la migración irregular en la región”, indicó un comunicado conjunto de los gobiernos de Panamá y Estados Unidos difundido tanto por la Presidencia panameña como por la Embajada estadounidense. La misiva oficial no precisa qué organismos integrarán la fuerza de tarea conjunta migratoria, ni desde cuándo estará activa.
Panamá es la puerta de entrada a Centroamérica, una zona de tránsito de miles de migrantes procedentes tanto de Sudamérica como de Europa, África y Asia que de dirigen a Estados Unidos y son movilizados por grupos transnacionales de tráficos de personas.
Los dos gobiernos expresaron que parte de los esfuerzos que desarrollan para fortalecer la cooperación en materia de seguridad fronteriza, incluyen “priorizar el equipamiento de puntos estratégicos fronterizos con equipos de inspección no intrusiva”. Esos equipos “servirán de ayuda para el combate a la delincuencia organizada en delitos como contrabando y defraudación aduanera, tráfico de drogas, el trasiego de armas y delitos de blanqueo de capitales”.
Panamá y Estados Unidos también acordaron realizar encuentros de alto nivel bilaterales “semestralmente e identificar puestos específicos dentro de sus gobiernos como coordinadores del diálogo, a fin de desarrollar la coordinación de esfuerzos operativos para prevenir y combatir la delincuencia y el crimen organizado y para consolidar esta nueva asociación estratégica”.
Ello, con el objetivo de “identificar áreas de interés común y proporcionar soluciones especificas sobre las diversas organizaciones criminales transnacionales que amenazan la seguridad y la estabilidad nacional, así como la de otros países del hemisferio”.
Esos encuentros semestrales confirman el compromiso de los dos gobiernos con la “continuidad del Diálogo Bilateral de Alto Nivel en el que funcionarios” de ambos países “trabajarán juntos para llevar a cabo actividades de cooperación acordadas mutuamente, incorporando iniciativas estratégicas de corto, mediano y largo plazo, que mejorarán las capacidades operacionales combinadas”.
“Este mecanismo de Diálogo entre los Gobiernos, aumentará la capacidad para abordar no solo cuestiones claves que afectan la seguridad nacional de nuestros países, sino también fortalecer la seguridad regional y promover la prosperidad hemisférica”, indicó la misiva oficial.
Panamá y Estados Unidos “reafirmaron que se trata de un paso muy importante hacia una estrategia común para contrarrestar las amenazas estratégicas de seguridad transnacional, convencidos en que servirá de base para una cooperación más amplia y profunda para enfrentar los desafíos conjuntos de seguridad”.
La declaración conjunta fue emitida al término de una reunión de alto nivel celebrada este miércoles en la sede de la Presidencia de Panamá, encabezada por el gobernante del país, Juan Carlos Varela, y en la que participó una delegación del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés). La misión del DHS estuvo integrada por sus directores, Janice Ayala y Paul Beeson, y la encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Panamá, Roxanne Cabral.
Por la parte panameña participaron, además del presidente Varela, el ministro de Seguridad, Alexis Bethancourt, y otras autoridades del área.