Trabajadores de la industria nuclear participaron ayer en una audiencia en el Congreso para denunciar la política de desfinanciamiento del sector y vincularon la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional con la decisión de cancelar el proyecto de construcción de Atucha III. “Estamos acá para defender el desarrollo nuclear porque lo vemos en peligro”, aseguró el prestigioso físico de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Andrés Kreiner, quien fue uno de los organizadores del encuentro junto a los diputados del Frente para la Victoria, Roberto Salvarezza, Abel Furlán y Darío Martínez.
La actividad se llevó adelante en el tercer piso del anexo del Congreso. El primero en exponer fue el ingeniero Agustín Arbor González, presidente de la Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Actividad Nuclear (Apcnean). “Anular la construcción de la cuarta central nuclear tipo Candú (de uranio natural y agua pesada) traerá aparejada la desactivación a corto plazo de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de Arroyito que pusimos en operación los argentinos, la desactivación de los sectores nucleares de las empresas nacionales involucradas como proveedoras de ingeniería y de componentes y, lo más importante, la desactivación del capital intelectual nuclear que costó años de formación”, aseguró.
También estaba presente el ingeniero Osvaldo Niebas, Jefe de Laboratorio de PIAP y secretario general de la seccional Arroyito de Apcnean, quien se refirió puntualmente a la delicada situación que atraviesa PIAP. “Me interesa hacer hincapié en el hecho del trato que se le está dando al personal de la Planta Industrial de Agua Pesada de Arroyito. Se nos está retrasando el pago de sueldos y no sabemos debido a qué. Si fuera un problema administrativo ya se debería haber resuelto, pero hace cuatro meses que estamos con este problema y sin explicaciones. Consideramos que es una falta total de respeto hacia nosotros, muchos de los cuales hace más de 25 años que trabajamos ahí”, remarcó.
Uno de los que se mostró más conmovido por la decisión de suspender la construcción de Atucha III fue Rubén Quintana, quien se desempeñó como director de Nucleoeléctrica Argentina durante 12 años y ahora ocupa una gerencia en la entidad. “Fue muy importante todo lo que hicimos para reflotar Atucha II. La sacamos adelante nosotros Fue un trabajo 100 por ciento argentino. Todo eso marcó una profunda huella en nuestro devenir profesional y realmente que esté pasando esto me resulta muy difícil de soportar”, subrayó.
El diputado bonaerense Abel Furlán atribuyó la suspensión de Atucha III al acuerdo con el FMI. “Estamos convencidos de que a partir del anuncio de este acuerdo se ha echado por tierra con la posibilidad de tener Atucha III y Atucha IV”, subrayó. En sintonía con Furlán, el trabajador de PIAP, Fernando Lise, aseguró que la decisión de dar de baja la cuarta central y suspender sin fecha la quinta no es por un motivo económico ya que el contrato preveía que el préstamo financie la construcción y tres años después de su puesta en marcha se empezaría a pagar con las tarifas de generación. “Es una clara decisión política enmarcada en el plan de primarización de la economía argentina, de destrucción del aparato productivo y del desarrollo científico-tecnológico”, sostuvo.
Por último, Rodolfo Kempf, licenciado en Ciencias Físicas, miembro del consejo directivo de Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y coordinador de la Mesa Nacional de ATE-CNEA, cuestionó la decisión de dejar en pie para más adelante, sin fecha clara de inicio, la construcción de la central con tecnología PWR (con uranio enriquecido y agua liviana) que Argentina no maneja al mismo tiempo que se resigna la cuarta central con tecnología Candú, que es la que Argentina conoce. “Es una sinrazón desde el punto de vista tecnológico y de nuestra historia que se dé de baja una tecnología que la dominamos prácticamente en forma completa y subordinarnos a una tecnología que no la manejamos aún y que solamente tiene dos centrales funcionando en China”, concluyó.