Con una masiva convocatoria, la Facultad de Medicina de la UNR fue el centro del debate por el uso medicinal del cannabis. Organizada conjuntamente con la Facultad de Bioquímica, en el marco del Consejo Académico Social en Salud (Cass), donde ya se analizaron otras problemáticas --la última sobre interrupción del embarazo-- profesionales de la salud y el derecho, legisladores, organizaciones civiles y cultivadores relataron sus experiencias a partir de los tratamientos realizados con los derivados de la planta de marihuana, como así también las cuestiones legales, éticas y sociales. "Estamos viviendo, en muchos aspectos, un cambio de paradigma y sobretodo en el tema de derechos", señaló el decano de Medicina, Ricardo Nidd. "El medicamento es un bien social y debe estar controlado, y ante la ausencia de la regulación tenemos que salir a auxiliar y ayudar a la gente que ha tomado decisiones propias", planteó Esteban Serra, decano de Bioquímica.

Tras la presentación oficial y los paneles realizados en el Anfiteatro Central Ernesto Che Guevara de la Facultad de Medicina, donde se abordaron diferentes temas bajo la consigna "Cannabis: mito, ciencia y salud", los decanos Nidd y Serra presidieron en el salón donde se realizan las reuniones del Consejo Directivo la sexta edición del Cass, una propuesta pensada para convocar a la sociedad a discutir temas emergentes que tienen que ver con la problemática de salud.

Las intervenciones enriquecieron un debate al que "las autoridades nacionales le están escapando", según la opinión del decano de Bioquímica, facultad en la que se creó un área para analizar las muestras de aceite de cannabis que reciben de las organizaciones para hacer los controles de calidad. "Determinamos la concentración de los dos cannabinoides principales, THC y CBD, y los resultados son muy variables", dijo el docente Marcos Derita. "Los que tienen material para analizar o quieren recibir asesoramiento, somos las personas a contactar", agregó Serra.

"A pesar de tener muchas deficiencias en su implementación, por primera vez se reconocen las propiedades terapéuticas del cannabis", señaló la diputada nacional Lucila de Ponti, quien participó de la jornada a partir de la experiencia de la sanción de la ley que regula el uso del cannabis con fines terapéuticos. "Las organizaciones que impulsaron y promovieron la sanción de esta legislación, y la concientización que ejercieron sobre legisladores y legisladoras, pudieron poner en agenda el tema", resaltó.

La directora del Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencias y Sida (Ceads) de la UNR, Silvia Inchaurraga, insistió en la necesidad de modificar la Ley 23737. "Las respuestas tradicionales han venido fracasando, y las políticas públicas no dieron hasta ahora las respuestas necesarias. En el 2002, durante el primer simposio sobre los usos medicinales de la marihuana, decíamos que la demonización de una planta no podía impedir el avance de la investigación científica sobre sus usos terapéuticos", planteó la especialista.

"La academia y el Estado tienen que involucrarse en este tema, no va a venir desde las empresas privadas", reclamó Pablo Ascolani, referente de la Asociación Rosarina de Estudios Culturales (Arec), que desde hace varios años trabaja la problemática. La médica y docente Sofía Maiorana, de la Asociación de Usuarios y Profesionales para el abordaje del Cannabis (Aupec), planteó que cuando comenzaron a interesarse en la problemática para realizar asesoramiento, se encontró "con un mundo de personas sufriendo y de aceites que no sabían cómo estaban hechos. Después de un año de investigar, podemos decir que tiene un alto perfil de seguridad".

Para intentar comprender la paradoja de que se aprobaron leyes para la producción del aceite de cannabis y no poder contar con la materia prima, el representante del Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF), Guillermo Cleti, relató las dificultades para avanzar con los estudios previos. "Logramos que Santa Fe sea la primera provincia en pedir la importación de materia prima, de la flor, gracias a un vínculo que fuimos gestionando con Uruguay", dijo el representante del laboratorio público.

"En abril del 2017 hicimos el primer pedido de 50 kilos de materia prima. En setiembre completamos los requisitos que pide el área de la Anmat, además de presentar el proyecto donde contamos que queríamos avanzar en el desarrollo de un aceite desde la parte pública. Recién en marzo de este año nos respondieron, pero nos pidieron mayores requisitos por el tema de la importación y nos quedamos en esa instancia", contó apesumbrado Cleti. Serra dijo que uno de los planteos que recibieron tenía que ver con la seguridad del transporte del material cannábico. "No somos transportistas ni hacemos logística, pero por las calles y rutas circulan cantidad de material tóxico, peligroso, no es una situación que deberíamos resolver nosotros, el Estado tiene que saber cómo hacerlo, pero vemos que el gobierno nacional hoy no está interesado para ofrecer una respuesta, es una excusa inexistente", apuntó el decano.

También participaron del debate, el diputado provincial, integrantes de la organización Mamá Cultiva, de la Fundación Daya, representantes del Colegio de Farmacéuticos, el doctor Marcelo Morante, especialista en el uso medicinal del cannabis en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata, y el sociólogo uruguayo, Martín Collazo, investigador del equipo Motor Cannabis.