Los trabajadores del Ministerio de Educación afiliados a ATE anunciaron un paro de 24 horas y un abrazo simbólico frente a la sede del Ministerio, en Pizzurno 935, a las 11 de la mañana. Los gremios docentes UTE, Ctera adhirieron al reclamo.
Esto sucede después de que delegados de ATE fueron golpeados para impedir que ingresaran a su lugar de trabajo. El ministerio y todas sus sedes amanecieron totalmente vallados y con un fuerte dispositivo policial rodeándolo.
Jueves y viernes trabajadores de Educación habían tomado otra sede del ministerio, en la calle Santa Fe, para exigir la reincorporación de 400 despedidos. Hoy pensaban esperar en asamblea la respuesta del gobierno que se había comprometido a recibirlos esta tarde. Con ese compromiso el viernes habían abandonado la toma. Sin embargo, los delegados denuncian que aún no fueron convocados.
“La contestación al diálogo es más violencia institucional. Al hostigamiento y la persecución ahora le suman la policía. Es doblemente violento: primero te despiden y después te ponen al verdugo en la puerta. Todas las sedes están valladas para impedir que nos reunamos, pero no hay nada más democrático que los trabajadores podamos hacer asamblea”, le dijo a Página/12 Rodrigo Recalde, delegado de ATE. Recalde muestra un certificado médico donde constan los golpes que recibió.
El jueves pasado, cuando desde el Ministerio confirmaron la baja de alrededor de 400 contratos que vencían el 31 de diciembre, los trabajadores tomaron el edificio de Santa Fe al 1500, exigiendo la reincorporación de los contratados. Unos días antes, el recorte alcanzó al Instituto de Formación Docente. Desde el Ministerio informaron que no se renovarían los contratos de 2.600 tutores del postítulo Nuestra Escuela hasta febrero, cuando decidieran cuántos docentes continuarían en sus cargos.
“El viernes nos dijeron que iban a venir a reunirse con los trabajadores pero todavía no tenemos una información oficial. Primero nos dijeron a la mañana y ahora sabemos que no vamos a tener novedades hasta la tarde. También dijeron que estaban dispuestos a revisar 200 contratos, la mitad de los despedidos, pero nosotros pedimos la reincorporación de todos los compañeros, algunos con diez años de antigüedad”, remarcó Recalde.