La “mise en scène” de Mauricio Macri en Vaca Muerta, a fines de abril pasado, fue patética porque, como es su costumbre, se burló de la población. La Argentina tiene un consumo de energía eléctrica paupérrimo que no es necesario disminuir aun más. Entre los indicadores de desarrollo se encuentra justamente el nivel de consumo de electricidad, y disminuir el consumo no es avance sino un retroceso. Y lo que es seguro es que aumentando el costo de la energía no se promueve el crecimiento económico sino que se encausa la economía hacia el estancamiento. 

En Argentina, la inversión disminuyó en los últimos dos años y pasó, según el Indec de Macri, del 14 por ciento del PIB en 2015 al 12,5 por ciento en 2016 y al 13,0 por ciento en 2017. La disminución de la inversión se debe a la incertidumbre provocada por la inconsistencia de la política económica de Macri. Nadie invierte si no está seguro de poder vender lo que se apresta a producir y las dudas se acrecientan cuando se disminuye el poder de compra aumentando, lo que los economistas del desarrollo llaman los costos pasivos: la logística, los transportes, el costo de la energía, el precio de los combustibles. 

Es falso sostener que el gobierno haya pedido préstamos para pagar los subsidios a la electricidad. En dos años, Macri endeudó al país en 118.071 millones de dólares lo que representa un poco menos del 20 por ciento del PIB, pero lo hizo para pagarle a los fondos buitre y financiar el presupuesto completamente desfinanciado por la disminución de las retenciones agrícolas y mineras, la recesión económica que disminuyó la base imponible, el impuesto a las ganancias y el impuesto a los bienes personales de los más ricos. 

En la Bolsa de Buenos Aires, el índice Merval casi se triplicó, motorizado por la evolución de la cotización de las acciones de las empresas eléctricas que han aumentado de más de 350 por ciento en ciertos casos. Esto es reflejo del incremento de sus beneficios logrados por el aumento de las tarifas. Esto implica que antes de aumentar las tarifas es necesario analizar el nivel de los beneficios que realizan esas empresas de distribución de electricidad porque se trata de monopolios que el Estado debe regular. Si el gobierno no regula lo monopolios de la electricidad y del gas es porque es cómplice del incremento de los beneficios que obtienen los accionistas escondidos, que son sus amigos. 

El neoliberalismo de Macri, según el cual la Argentina es un país sin potencial energético es solo un sofisma, una exposición de premisas falsas cuyo objetivo es enredar a quien lo escucha con el objetivo de engañarlo. La Argentina es un país que tiene un enorme potencial energético y el llamado a la “unidad nacional” para consumir menos electricidad o gas no tiene ningún sustento valido. 

El llamado a apagar la hornalla, a pasar frío, a vivir a oscuras no es el camino al crecimiento sino el camino a la miseria. Y el objetivo de Macri es incrementar el precios de la energía para aumentar los beneficios de sus amigos no tiene ninguna proyección para el futuro desarrollo del país.

El incremento de las tarifas provocará no solo un empobrecimiento de la población, contribuirá además a trabar aun más el crecimiento de la economía por aumento de los costos y continuará disminuyendo el PIB per capita

 

* Doctor en Ciencias Económicas Universidad de París. Autor de El peronismo de Perón a Kirchner, Ed. de L’Harmattan, París 2014. Editado en castellano por Ed. de  la Universidad de Lanús, 2015.

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