“Viajamos por Australia tomando fotografías de viejos restaurantes chinos en áreas suburbanas y rurales”, explica los aussies Anna Satin y Josh Burns, que llevan más de una década en pareja, sobre la especial afición que los mantiene en la ruta en cada rato libre. Un hobby que, a propio decir, combina variedad de gustos personales: lanzarse a la carretera, sí, pero también vestirse con pilcha vintage al momento de visitar locales old school y, claro, ser parte de un cruce cultural que involucra apetecible comida oriental. Todo lo registran con su cámara, para así compartir sus pequeños hallazgos –de llamativos restós chinos en pueblos y ciudades como Cooma, Wollongong, Bowral, Kiama, Goulburn, Hobart– en su cuenta Instagram: Chinese Restaurant Road Trip. “Si caminás por la calle principal de cualquier localidad de Australia, es probable que veas el omnipresente restaurante chino. Desde la década del 50 hasta los 80 escalaron prominentemente, y fueron de los primeros locales gastronómicos en ofrecer una alternativa a las hamburguesas o los fish and chips. Históricamente, para muchos australianos, el restaurante chino local era como un portal a una tierra lejana y exótica. En algunos lugares, mantienen ese estatus. Los faroles con borlas, los falsos dragones de jade y las puertas de oro en celosía mantienen un gran atractivo, al igual que el arroz frito”, asegura la dupla trashumante, que encuentra especialmente emocionante encontrar un opulento ejemplo de arquitectura vintage en restoranes chinos de tranquilísimos puntos rurales. “Son verdaderas cápsulas del tiempo, y un reflejo de una tradición australiana muy querida”, rematan entusiasmados, anhelando pescar venidero tesorito. Y, claro, manducarse un chow mein o un kung pao en el ínterin, cómo no.
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