Si el robo es una forma del homenaje extremo, hay que dar por muy homenajeado al escultor rosarino Herminio Blotta (1892‑1976), de cuya exposición en la Biblioteca Argentina fueron sustraídas dos obras en bronce. Desde una perspectiva optimista, la mala noticia sirvió para dar prensa amarillista a las actividades de la Semana del Arte, una de las cuales se basaba en una placa homenaje al pintor Manuel Musto esculpida por Blotta. Pero hay que ser realistas y preguntarse bajo qué condiciones esto fue posible. La institución venía acumulando karma: su director (Rubén Echagüe) había renunciado; la estética de su edificio fue violentada por un nuevo sistema de climatización, y el subdirector (Federico Tinivella) fue cuestionado por sus superiores dada la carencia de un protocolo de seguridad a la altura de su época, pero poco se sabe de los resultados de ese tirón de orejas. ¿Renunció? ¿Pensará mejorar algo? ¿Quiénes están investigando aquel delito? ¿Y por qué de la inauguración de otra escultura de Blotta, el viernes 5 de agosto, no se enteraron ni los mismos descendientes del artista?
Robo de Blotta con preguntas
Este artículo fue publicado originalmente el día 3 de enero de 2017