La semana pasada Warner comenzó a emitir la novena y última temporada de The Middle (va los martes a la medianoche). La serie siguió durante casi una década la vida de los Heck, retrato inusual de una típica familia de clase trabajadora estadounidense. Frankie (Patricia Heaton) es la voz del grupo, en ocasiones sus pensamientos se cuelan para el espectador, mientras mantiene a flote a sus tres hijos y al tarambana de su esposo (Neil Flynn). La ficción se ubica en el pueblo de Orson, Indiana, que es el centro geográfico del país, y también en la mitad de la vida de mom & dad. Sitcom tradicional en el sentido temporal (cada capítulo dura media hora) y en los tópicos que atraviesan pero que quebró ciertos usos y costumbres de este tipo de comedias. 

Alejada del desmadre de Modern Family o Arrested Development y del cinismo de Mom, esta propuesta ganó en el cariño profesado por sus personajes. En su mera formalidad, o búsqueda de estabilidad, hay un resabio insurrecto. Sea el peinado que caracteriza a su protagonista, que uno de sus críos conviva con el síndrome de Asperger, la inestabilidad laboral es norma y la única fija, al menos para el padre, es ver los partidos del equipo de fútbol favorito “Lo disfuncional viene por el lado de representar personajes como humanos. Y la gran diferencia de esta comedia es que representa ciertas problemáticas. Sobre todo las financieras. Y el ángulo es el del humor. Este tipo de asuntos los podés atravesar si estás con tu familia. En ese sentido, The Middle es más sobre una familia que va pasando sus días y cómo la pelea”, dijo alguna vez su protagonista.