El marido y un cuñado de Marcela Coronel, enfermera asesinada el pasado 28 de mayo en su casa de la localidad bonaerense de Longchamps, fueron detenidos el sábado a la noche como principales sospechosos del femicidio. Gabriel Guevara, pareja de Coronel, ya había sido imputado el 1 de junio por la fiscal especializada en Violencia de Género del Departamento Judicial Lomas de Zamora, Marcela Juan, debido a una serie de contradicciones en su primer testimonio, mientras que las sospechas sobre su hermano, Pablo Daniel Guevara, surgieron de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la Municipalidad de Almirante Brown.
Según informaron los investigadores, en las imágenes de las cámaras de seguridad se observa a un hombre que camina por una calle lindera a las vías del tren cargando a una niña en sus brazos. Se cree que el joven del video, que lleva puesto un pantalón de jogging y una campera deportiva, es el cuñado de la enfermera. Las imágenes fueron registradas a las 10.12 del pasado 28 de mayo. A las 10.40 y 10.41 del mismo día, las cámaras registraron al sospechoso, todavía con la nena en brazos, cruzar las vías del tren Roca y caminar por una plaza de la localidad bonaerense de Burzaco, en Almirante Brown. Poco tiempo después, la hija de un año y medio de Coronel fue hallada abandonada en las calles Provincia de Buenos Aires y Humberto Primo de la misma localidad.
Los hermanos Guevara, sospechosos del femicidio, fueron detenidos el sábado a la noche por miembros del Grupo Técnico Operativo (GTO), el Grupo Apoyo Departamental (GAD) y la División Homicidios de la Policía de Lomas de Zamora. La pareja de Coronel, un empleado de seguridad de 24 años, fue apresado en la localidad bonaerense de Burzaco mientras que el hermano, de 26, fue detenido cuando estaba en su casa, en la localidad de Guernica. Secuestraron en poder del cuñado de Coronel tres teléfonos celulares, uno de los cuales pertenecía a la víctima. Se secuestró, además, la tarjeta de ingreso al Hospital Italiano, instituto médico en el que trabajaba la enfermera, y prendas de vestir similares a las que se observaron en las imágenes de las cámaras de seguridad.
Según reveló la autopsia, Marcela Coronel murió por asfixia: la sofocaron tapándole la nariz y la boca. Previamente, la habían golpeado tres veces en la cabeza con un hacha y la habían tratado de estrangular con un lazo. El femicidio de la enfermera se descubrió el 28 de mayo pasado, cuando una nena fue encontrada deambulando sola en una plaza de Burzaco. Como los vecinos manifestaron que no la conocían, fue llevada a la Comisaría de la Familia de Almirante Brown. Tiempo después, el empleado de seguridad Gabriel Guevara, padre de la niña, se presentó en la sede porque, según explicó, se enteró por las redes sociales que la nena había sido encontrada en la calle. Como a la policía no le resultó creíble el relato, la fiscal a cargo ordenó una inspección en la casa, donde se encontró el cuerpo sin vida de Coronel envuelto en una frazada en el interior de una habitación utilizada como galpón.
Al día siguiente del crimen, la fiscal concurrió otra vez a la casa, con la Policía Científica, y tras un relevamiento de ocho horas, se levantaron muestras hemáticas y diferentes elementos que establecieron que el crimen se habría producido en el living comedor y que luego el cadáver fue llevado al galpón. También se determinó que el asesino habría intentado limpiar el sitio con el fin de ocultar pruebas.