Cinco audios de un interno del Cottolengo Don Orione, de General Lagos, pusieron en evidencia a Juan A., un religioso de la comunidad que quedó preso ayer por hechos de abuso sexual simple agravado y gravemente ultrajante. Antes, la fiscal Nora Marull lo imputó por someter a tres internos que estaban a su cuidado; y la jueza Mónica Lamperti ordenó la prisión preventiva por 30 días. Los hechos achacados se dieron en el período entre 2010 y mayo pasado. Según relató la fiscal, el acusado aprovechaba momentos en los que las víctimas estaban a su cargo, tanto dentro como fuera del Cottolengo, para abusarlos. "Me tocó por todos lados", sindica uno de los audios de un chico de 20 años con capacidades limitadas. La semana pasada, también fue imputado por encubrimiento un empleado de mantenimiento que intentó desaparecer pruebas.
A. llegó en libertad a escuchar de qué se lo acusa. Tiene 53 años y aseguró que hace 27 años es religioso y que no tuvo problemas en otros lugares en los que se desempeñó. Tras cuatro horas de audiencia, quedó detenido hasta el 9 de julio.
En el complejo, donde hay un centenar de internos, se veían actitudes "raras" del acusado que solían quedar como bromas. "El hecho fue develado por M., el viernes 5 de mayo pasado, cuando estuvo con A. y ocurrió una situación por la que al otro día mandó mensajes de audio, primero a su psicóloga, donde le contó que A. había abusado de él. La profesional le dijo que no estuviera con él y que tratara de contarlo, ya que era sábado y ella no iría hasta el martes a la institución. Entonces, el joven hizo cinco mensajes de audio a personal del Cottolengo, ya que no sabe leer ni escribir. Les dijo `me toca por todos lados'; o `No voy a ir más a catequesis con Juan, porque abusó de mí'. Eso llevó a que la responsable y el cura a cargo, Aníbal Quevedo -que está desde marzo- decidieran trasladarlo a tareas administrativas en Buenos Aires, iniciarle un sumario canónico y hacer la denuncia penal. "Al tener el chico un retraso, se buscó cuidarlo y no revictimizarlo desde la Fiscalía", dijo Marull sobre el joven que "sabe diferenciar un abuso", aseguró.
A ese testimonio, se sumaron elementos sobre otras dos víctimas, también con capacidades diferentes. Entre los hechos relatados, se indicó que el imputado tocaba a los internos por debajo de la ropa, en sus partes íntimas. "Advertíamos situaciones raras, como que invitaba a M. y otro interno a la pileta, a la hora de la cena (entre las 20 y las 20.30) cuando nadie iba a ir al SUM. Salía continuamente con M., lo invitaba a cenar", relató un testigo, sobre una versión que fue replicada por otros y con víctimas diferentes; siempre de a una. Para explicar lo que le hacía Juan, el chico que mandó los mensajes les mostró con su mano, a las autoridades, cómo era manoseado.
En su imputación, la fiscal reveló que para las Fiestas de fin de año, el acusado le mandó un mensaje a M. en el que le dijo "vení limpito y perfumado", lo que "le pareció raro" a los demás empleados. Un día M. no quería ir más a catecismo, pero Juan lo obligaba a ir -fuera del Cottolengo- y "volvía muy tarde". Otro de los episodios relatados fue que el hermano Juan -como lo conocen en el lugar- llevó a dos de los jóvenes a cenar con él y que ambos "volvieron alcoholizados". También mandaba videos con imágenes pornográficas y le regalaba cosas de valor, como una tablet.
Marull indicó que "muchos de los sucesos fueron tomados como broma", como cuando el acusado le bajó los boxer a M., que estaba por ir a bañarse. También una empleada vio al imputado "muy cerca" de otra de las víctimas, "como para darle un beso". Y lo vio tocarle las partes íntimas. En tanto, la fiscal reveló que luego de que la víctima enviara los mensajes, un empleado de mantenimiento le cambió el teléfono al chico "por uno mejor". La fiscal sospecha que intentó eliminar pruebas.
Tras la audiencia, Marull aseguró: "Hay una capacidad de vulnerabilidad de las víctimas, y por eso solicitamos que se les tome declaración en un espacio amigable", planteó sobre el pedido de Cámara Gesell, pese a que son adultos.