Un congreso que se realiza en Posadas, centrado en las infancias y la cultura, invita a “mirar el mundo como los niños y niñas que fuimos”. Ya lleva más de 2300 inscriptos: el cupo del salón de conferencias está completo hace rato, y cientos de ellos tendrán que seguirlo por pantalla gigante, desde un teatro cercano. Los docentes, pedagogos, bibliotecarios y demás profesionales vinculados a la infancia que asistirán, van a participar de talleres, conferencias, conversatorios, en los que habrá invitados internacionales como la reconocida antropóloga francesa Michèle Petit, y otros locales como los escritores Laura Roldán, Ricardo Mariño y Sandra Comino, la pedagoga musical Pepa Vivanco, la titiritera Silvina Reinaudi, la psicóloga Alicia Stolkiner o el médico director de Alegría Intensiva, Mariano Rosenberg. Cada uno de estos condimentos podría hacer del segundo Congreso “Territorios para pensar las infancias”, que se realizará hoy y mañana en el Parque del Conocimiento de la capital misionera, un evento destacable. Todos juntos, con una programación de calidad alta y pareja y de entrada gratuita, lo vuelven una oportunidad única de encuentro e intercambio, bien aprovechada por los asistentes que ya superaron toda expectativa en cantidad.
El solo hecho de detenerse a pensar en las infancias –así, en plural– en relación a la cultura es, de por sí, destacable. Es un acto político, define la narradora y gestora cultural Gricelda Rinaldi, directora del congreso y del área de Infancia, Adolescencia y Juventud del Parque del Conocimiento. “Porque intenta otorgar a la infancia un lugar preponderante en nuestro proyecto como sociedad, generar un ámbito abierto que alcance a todos los actores sociales”, explica. “Pensar la infancia implica no sólo comprender las condiciones de existencia y las significaciones sobre el término. También iluminar la lectura sobre los procesos sociales más generales. Se trata de construir un ámbito de reflexión y de crítica que sea capaz de entretejerse en múltiples escenarios de producción cultural, de problematizar las prácticas para propiciar la transformación de este hacer”, advierte sobre el sentido de un congreso como éste.
Las diferentes mesas, conversatorios y talleres abordarán la temática desde aristas muy diversas: desde lo que tiene para iluminar la literatura destinada a niños, niñas y adolescentes; pero también la medicina, la psicología y la psiquiatría, en un presente con cifras alarmantes de niñeces medicalizadas. O la música, o el teatro, o la narración oral, y sus modos de transmisión. O las experiencias en escuelas de frontera. Y hasta los medios de comunicación, en el modo en que en ocasiones estigmatizan las infancias, o en el modo en que pueden servir para mostrar y denunciar. “Hay una primera infancia en la cual tenemos que pensar, que es aquella que no está resguardada en sus derechos básicos de alimentación, educación, salud, vivienda. Pero no sólo en esa: hoy tenemos en el mundo niños que tienen satisfechas todas esas necesidades, y sin embargo están en soledad, medicalizados en forma abusiva, en situaciones de riesgo”, se explica.
La mesa titulada “Infancias recetadas: procesos de medicalización y medicamentalización”, por ejemplo, reunirá a la destacada psicóloga especializada en salud pública y salud mental Alicia Stolkiner, y a la psicoanalista brasilera Patricia Bohrer Pereira Leite, con una larga experiencia de trabajos en París sobre juego, lectura y primera infancia. También estará el doctor Mariano Rosenberg, de la fundación Alegría Intensiva, con la experiencia de Payasos de Hospital como un modo de acompañar desde el arte a los niños y niñas internados en hospitales pediátricos, “como clowns pero de manera profesional, porque a veces no es suficiente con las voluntades y buenas intenciones. Uno de los objetivos de este congreso es, justamente, el de problematizar nuestro trabajo profesional, desde cualquier disciplina con la que estemos junto a los chicos”, explican los organizadores.
Los niños y niñas que fuimos
Rinaldi cita al escritor británico Somerset Maugham para explicar el lema del congreso de este año, en su segunda edición: “Porque cada uno es lo que es, y es el departamento de ciudad o la granja donde aprendió a caminar y los dioses en los que creyó, los juegos que jugó, las comidas que comió, los seres que amó, los poemas que leyó, los recorridos en su propia ciudad y estas son cosas que nos han hecho lo que somos y no se pueden contar de oídas...”. “Por eso el lema de esta edición –Mirar el mundo como los niños y niñas que fuimos– se propone como una metáfora para decir que la única manera de que los adultos entendamos qué queremos hacer con los niños, es tratar de recuperar algo en la memoria emotiva de lo que queríamos y necesitábamos cuando nosotros mismos éramos niños o niñas. Solo desde ese lugar, pensando la niñez como una forma de habitar el mundo, podemos tratar de acercarnos a lo que los niños y niñas están viviendo y necesitando en este momento en el mundo, y en consecuencia problematizar las prácticas cotidianas. Desde las políticas publicas, desde la educación, desde cada espacio que los adultos ocupamos en torno a los niños y niñas”, reflexiona Rinaldi.
Una reflexión similar en relación al “arte de habitar el mundo” es la que plantea Michèle Petit en una de sus obras más difundidas, Leer el mundo. Experiencias actuales de transmisión cultural (Fondo de Cultura Económica). Según desarrolla en varios trabajos, es justamente la literatura –los relatos, la mitologías, las narraciones orales, los recuerdos pasados de generación en generación– los que hacen posible “que el espacio sea representable y habitable”. “Sin relatos, el mundo permanecería allí, indiferenciado; no nos sería de ninguna ayuda para habitar los lugares en los que vivimos y construir nuestra morada interior”. Mañana, en el cierre del Congreso, la antropóloga hablará en su conferencia magistral sobre “El infierno, el arte, los libros y la belleza”. La otra conferencia magistral –la de apertura– estará hoy a cargo de la socióloga Lucía Álvarez Enríquez, sobre “Ciudad, ciudadanía e infancia”.
Parque para el Conocimiento
Todo el evento tendrá lugar en el Parque del Conocimiento de Posadas, un gran espacio dependiente de la provincia creado hace diez años, con una imponente arquitectura y una oferta de actividades gratuitas vinculadas a las artes, las ciencias, la cultura. Para este congreso las actividades principales tendrán lugar en el salón de conferencias “Eva Perón”, pero ante la gran cantidad de asistentes –muchos más de los previstos–, se decidió habilitar el teatro lírico cercano, que también forma parte del predio, para que nadie se quede afuera y se puedan seguir las conferencias desde una pantalla gigante. Otras actividades y talleres se extenderán por los distintos espacios de este singular parque, que quedará así “tomado por el congreso”, según se entusiasman los organizadores.
En la diversidad de la programación –que contó con la curaduría de la licenciada en Letras Nora Lía Sormani– habrá espacios vinculados a la literatura o la narración, al teatro o la expresión cultural, a la enseñanza de la música y sus “mentiras didácticas”, según Pepa Vivanco (ver aparte), o a las políticas públicas, siempre vinculadas a la infancia. Entre otras actividades, se presentará además la obra de teatro de Hugo Midón y Carlos Gianni La Familia Fernandes, en una producción actual del clásico, realizada por el Parque del Conocimiento.
“El contexto parece indicar que un evento como este sería hoy imposible. Sin embargo aquí estamos, y somos cada vez más. Esto fue posible desde la voluntad política de un organismo del Estado, como el Parque del Conocimiento, pero fundamentalmente desde las voluntades de un grupo de conferencistas que quiso venir, más allá de todo, desde el deseo y el afecto”, agradece Riinaldi. Y concluye que este será “un congreso del afecto”, en el que se vivirán “dos días intensos para pensar en los niños y niñas”.