El presidente de la Cámara de la Construcción, Gustavo Weiss, aseguró ayer que el sector ya comenzó a desacelerarse y advirtió que el recorte del gasto público comprometido con el Fondo Monetario Internacional (FMI) pone en riesgo una parte de los 430.000 empleos de esta actividad clave dentro del entramado productivo. El empresario aseguró que mantuvo reuniones con los ministros Nicolás Dujovne (Hacienda), Rogelio Frigerio (Interior) y Guillermo Dietrich (Transporte) y todos le manifestaron que Argentina gasta por encima de sus ingresos. “Eso es financiable durante un período, pero no es eterno. Por eso la decisión de recurrir al Fondo para tranquilizar el mercado cambiario, pero simultáneamente comprometiéndose a hacer lo que hay que hacer, que es bajar el gasto. Nos han dicho claramente que lo más fácil, los más rápido y en definitiva lo único que puede hacer el Ejecutivo sin pasar por el Congreso es recortar la obra pública”.
Weiss sorprendió después al asegurar que la alternativa para no tener que echar empleados del sector privado es que los eche el Estado. “Si los gobiernos nacional, provinciales y municipales no hacen los ajustes de los gastos improductivos que tienen, entonces los tenemos que hacer nosotros los privados, Por ejemplo, en vez de echar alguno de los empleados públicos, de los muchos que sobran en esas jurisdicciones, bueno, los tengo que echar yo: obreros de la construcción que se levantan a las seis de la mañana, se acuestan a las diez de la noche y trabajan esforzadamente todo el día”, sostuvo.
En declaraciones a radio Cooperativa, Weiss consideró que se viene un panorama muy complicado para la construcción. “Creo que para que haya un consenso entre el ejecutivo y la oposición para bajar los niveles de gasto que hay que bajar sin tocar la obra pública, necesitaríamos políticos con sombreros de estadistas pensando en el largo plazo y no sé si esto es posible en la Argentina de hoy”. Incluso aseguró que una forma de evitar los recortes en la construcción sería recortar las pensiones por discapacidad. “Si no hay consenso con las fuerzas políticas para bajar otros rubros del gasto como por ejemplo las pensiones por discapacidad, que sabemos que excede mucho la realidad de la incapacidad que pueda haber en la población, bueno... Lo que va a sufrir es la obra pública”. “Nosotros tenemos de personal jornalizado solamente a unas 430.000 personas, a los que hay que sumarle administrativos, técnicos, capataces e ingenieros, obviamente incluyendo la obra privada. De ahí corte lo que usted quiera. Si desaparece toda la obra pública, desaparece mucho de ello”, señaló. Además, recordó que la construcción es una “madre de industria” que tracciona la actividad de otros sectores.
La construcción creció 12,7 por ciento en 2017 y, según Weiss, este año venía expandiéndose entre 6 y 8 por ciento en el primer cuatrimestre. Sin embargo, la crisis cambiaria alteró el escenario. “Ahora hay que esperar un poco que las variables se estabilicen. Creo que en los próximos dos meses vamos a tener una claridad mayor de lo que va a pasar de aquí a fin de año”, aseguró el empresario.
Weiss señaló que las obras públicas que se verán afectadas por el recorte son las de extensión de las redes de agua y cloaca, veredas y asfaltado de calles. El ajuste que realizará el Gobierno sobre este sector será superior al doble de lo que tenía planificado antes de comenzar las negociaciones con el FMI por un crédito de 50.000 millones de dólares. Por último, señaló que los contratos que se firmen como parte de los programas de Participación Público Privada no servirán como sustituto porque no reemplazan a la obra pública tradicional sino que la complementan. “Que haya PPP ayuda, pero no alcanza para ejecutar las obras que se recortan. Las PPP sirven para obras importantes, para grandes obras, pero no para realizar pequeñas obras, como agua y cloacas en municipios. Las obras vecinales, que son muchas y en conjunto traccionan mucho en todo el país, no se pueden hacer con PPP”, concluyó.