En un programa amplio y diverso, el congreso de Infancias y Cultura de Posadas alberga experiencias como la que llevarán los docentes de la escuela multicultural Nº 905, cercana a El Soberbio, en la frontera misionera: su director Diego Carballo, la profesora Pamela Barboza, el cacique de la comunidad Vicente Méndez, y la escritora Laura Roldán, madrina de la escuela. Los chicos de esta escuela hicieron el libro bilingüe Jajejo’U Ayureve, Encuentro con la palabra, a partir de un trabajo de investigación y recopilación de su lengua oral que llevó años.
A esta escuela van 185 chicos y chicas de 4 a 19 años. El 60% de ellos son de la comunidad Mbyá Guaraní de TekoaChafaríz. El resto son de la colonia de 300 habitantes situada del otro lado del arroyo: polacos, alemanes, brasileros y criollos. Para llegar, los alumnos viajan varios kilómetros todos los días a pie por la picada, atravesando el campo o cruzando el río según de qué lado vivan, cuentan los docentes. Lo que comenzó como el trabajo de reconstrucción de la escuela rancho –estaba a la orilla del río, y un tornado se la había llevado– terminó tomando una nueva y gran dimensión: una vez recuperada la escuela, hubo necesidad de recuperar saberes, historias, tradiciones, para ellos y para otros.
Pero, ¿cómo visibilizar una lengua oral? “Fue un trabajo muy serio en el que ellos decidieron qué querían investigar y relevar. Fuimos armando una audiobiblioteca, teníamos canciones, audios y videítos de danzas. En el año 2015 participamos de aquella colección de libros bilingües que hizo el Ministerio de Educación de la Nación. Pero los chicos estaban decididos a hacer un libro propio, así que seguimos trabajando y buscando la manera de editarlo”, cuenta Roldán. Ya sin el apoyo del Estado, fue la asociación civil Coincidir, a través de un programa que promueve la lectura y escritura en las lenguas maternas, que el libro fue posible.
“Como es una lengua oral, había que consensuar la traducción. Hubo todo un trabajo de ida y vuelta con el chamán, don Germán Méndez, y con los hermanos Marcos y Vicente Méndez, que en ese momento eran maestros auxiliares y trabajaban dando la clase en lengua materna; entre ellos y con nosotros”, sigue recordando la escritora. Se tomaron todo el año pasado para terminar el proceso, “bajarlo” a un libro, y para hacer las ilustraciones, que también son obras de los propios chicos. “Lo interesante es que no es solo un trabajo de los niños de la comunidad mbyá guaraní. Los chicos criollos también quisieron participar. Con la la maestra, Pamela Barboza, hicieron un gran trabajo de investigaron de los frutales y las aves del lugar. Y como ellos hablan portugués, hay traducciones a las tres lenguas. Con las ilustraciones, quedó una maravilla”, sonríe Roldán. Estas y otras maravillas hablarán de “Infancias y culturas”.