El intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, anunció que el titular de la comisaría 1° de esa localidad fue relevado, a horas del operativo que recurrió a balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a un grupo de jóvenes que se enfrentaban el domingo a la madrugada, durante los festejos de Año Nuevo en la playa.

El intendente Barrera explicó que el desplazamiento del comisario Sergio Hernán Urrutia, quien revistaba en su cargo desde junio de 2016, “es una orden del ministerio de Seguridad bonaerense”, y que fue pasado a disponibilidad mientras se determinan las responsabilidades en la causa judicial. Además, Barrera aseguró que “la intervención policial se está investigando, para ver si hubo un exceso en la participación”.

En diálogo con medios de prensa, el jefe comunal estimó que “quizás las balas de goma se pudieron haber evitado, pero no la intervención policial porque la situación era complicada”. El operativo realizado esa madrugada en la playa dejó quince detenidos y varios heridos.

Una de las personas que padeció el operativo llevado adelante por los policías, Estefanía Pisano, de 23 años y residente de Villa Gesell, aseguró que denunciará a la policía y las autoridades municipales por lesiones, abuso de autoridad y apremios ilegales. Pisano declaró a un diario que dos o tres policías la arrojaron de cabeza a la arena y la sujetaron violentamente cuando reclamaba que soltaran a uno los amigos con los que había concurrido a la celebración. 

El sábado por la noche, en las cercanías del parador El Náutico, ubicado a la altura de la calle Buenos Aires y la playa, algunos jóvenes armaron una carpa con luces y parlantes para festejar la llegada del año nuevo. La música terminó por atraer a más personas, que comenzaron a acercarse y quedarse aún antes de la medianoche. Con el correr de las horas, la improvisada rave llegó a juntar a casi cinco mil personas, y el ambiente empezó a caldearse.

Alrededor de las dos de la mañana, se generaron las primeras trifulcas entre los jóvenes. Unas tres horas después, hubo botellazos, pedradas y peleas. Algunos de los automóviles estaban estacionados en las inmediaciones terminaron con vidrios rotos y puertas abolladas. De los asistentes a la fiesta, solo quedaba menos del diez por ciento.

Alrededor de las seis de la madrugada, la policía dispersó con balas de goma y gases lacrimógenos a los asistentes que quedaban, al tiempo que procuraba detener a algunos de los jóvenes. El enfrentamiento duró alrededor de veinte minutos y concluyó con quince detenidos –que horas después fueron liberados– y heridos leves.

“Por culpa de 20 o 30 personas se empaña todo lo lindo que fue la fiesta”, dijo el intendente, quien admitió que la municipalidad sabía del evento y que existía un operativo de prevención con la presencia de unos 35 efectivos de la policía. Sin embargo, el evento “no contaba con habilitación municipal” ya que “las familias acudieron a la costa a celebrar de manera espontánea”, como lo vienen haciendo los últimos años.

“Espero que se hayan labrado bien las actas (de los detenidos) para darle intervención a la justicia y deslindar responsabilidades” por los destrozos causados, dijo Barrera. El funcionario explicó que espera que eso permita “ver quiénes fueron los que provocaron los daños y los podamos hacer cargo”.

Las fiestas para celebrar el fin de año en los balnearios de Gesell se realizan desde hace años. El responsable del parador El Náutico Claudio Marquino, cercano a donde se desarrollaron los incidentes, explicó que desde “hace unos 10 años que los chicos de los barrios de Gesell se instalan con sus autos y sus parlantes en distintos puntos de la rambla. Se llegan a juntar unas 4000 mil personas, pero es algo completamente espontáneo”, explicó. Lo mismo aseguró Juan Manuel Cadena, secretario de Seguridad de Villa Gesell, quien remarcó que desde hace varios años estos eventos se dan  “en un marco de tranquilidad”, y que en esta ocasión había un operativo montado con la presencia de policías “ubicados en las esquinas y ubicaciones principales del lugar” para prevenir desmanes.