“Tenemos recesión económica con mayor desigualdad, con más hambre, un pueblo que padece políticas de ajuste que van a agravarse con esta zambullida del gobierno en los brazos del FMI”, advirtió Hugo Yasky al ratificar la convocatoria al paro con movilización de mañana. Convocada por los gremios de las CTA, Camioneros y otros gremios como Canillitas, la protesta afectará el dictado de clases, la atención en hospitales y la administración pública; no habrá transporte de cargas, ni recolección de la basura. Los convocantes se sumarán, a su vez, a la huelga lanzada por la CGT para el próximo lunes 25 de junio.
La huelga de mañana había sido lanzada por las CTA el viernes pasado, cuando el gobierno, tras cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, convocó a la CGT a la Casa Rosada para desactivar su llamado a la medida de fuerza. Los gremios convocantes dejaban así en claro que, a su criterio, no había ofrecimiento capaz de recomponer el daño que provocará al tejido social el retorno al Fondo.
Ayer, mientras la negociación entre la Casa Rosada y el triunvirato hacía aguas, los dirigentes de las CTA, Camioneros y otros gremios cegetistas –como Canillitas, Peajes y Udocba– se reunieron para dar una conferencia de prensa.
En la sede de la CTA de los Trabajadores estuvieron Pablo Moyano, adjunto de la Federación de Camioneros y Pablo Micheli, titular de la CTA Autónoma; fueron además dirigentes de los maestros (Sonia Alesso, Roberto Baradel, Eduardo López), de ATE Capital (Daniel Catalano), metrodelegados (Roberto Pianelli y Néstor Segovia). Entre los moyanistas se acercaron Omar Plaini, de Canillitas, también dirigentes del Peaje y de Udocba (docentes bonaerenses), junto a referentes de regionales de la CGT. Participaron, finalmente, Luis D’Elía y referentes de agrupaciones Pymes.
Camioneros llega al paro en medio de una pulseada con el gobierno por su propia paritaria, en que está reclamando un 27 por ciento de aumento salarial, en desafío al techo que busca imponer el gobierno. Con la medida también rechazará los intentos de modificar a la baja su convenio colectivo.
“El jueves no se va a mover ni una carretilla”, anticipó Pablo Moyano en la rueda de prensa. Anunció que también van a movilizar, aunque la apuesta fuerte de Camioneros será garantizar la imagen de las rutas vacías, más que la plaza llena. En cambio, tanto Moyano como Plaini adelantaron que por la tarde insistirían en la CGT en la necesidad de llamar al paro “el 19 o el 21”.
Micheli adelantó, por su parte, que se sumarían a la por entonces no declarada medida: “No es tiempo de mezquindades. Es tiempo de parar esta política económica. Nosotros no vamos a esquivarle el bulto a un paro porque lo llame la CGT”.
Uno de los temas en debate en los sindicatos más activos contra el gobierno es cómo armar una movida que no se desinfle el día después del paro. En la CTA sigue la idea de confluir en la calle con Camioneros y la Corriente Federal, a la manera de lo que fue el MTA de Hugo Moyano en los 90, contra el menemismo; la movida de máxima sería un regreso a la CGT para el armado de una conducción combativa. Y hay dirigentes que, al mismo tiempo, buscan abrir camino a una confluencia con otros sectores sociales, incluidas las clases medias, a la manera de espacios de lucha ciudadanos, que excedan lo sindical.
La jornada de protesta cerrará con un acto en la Plaza de Mayo, a las 16. Luego vendrá el paro del 25 de junio. Para el 9 de julio podría ser lanzada otra jornada contra el acuerdo con el FMI y el ajuste, que ponga en primer plano el tema de la independencia económica.