Temporales de lluvia y viento, tornados, y alertas metodológicas dieron comienzo a un 2017 con grandes complicaciones climáticas. En el norte del país, las tormentas y ráfagas de viento generaron destrozos en casas, rutas y decenas de evacuados. A su vez, en la región pampeana, la tempestad provocó voladuras de techo, cortes de luz, en especial en la cuenca lechera de Rafaela. En Salto, ciudad bonaerense inundada desde el 31 de diciembre, la crecida del río aún no tuvo una bajante significativa y más de 350 personas continúan evacuadas.
Luego de pasar un fin de año con 50 grados de sensación térmica, en Santiago del Estero la tormenta del domingo no trajo la calma esperada sino que generó nuevas complicaciones para la provincia. Ráfagas de viento de 90 kilómetros por hora, sumadas a una intensa lluvia, ocasionaron destrozos en más de cien viviendas precarias, voladuras de techos en galpones agrícolas y apagones, sin contabilizarse, hasta ahora, heridos por el temporal. La zona más afectada fue el departamento de Río Hondo, al norte de la capital santiagueña, donde varios pueblos permanecen incomunicados y sin servicios de agua y luz. Voceros de Defensa Civil de aquella provincia anunciaron “el envío de chapas, alimentos y medicamentos para asistir a los damnificados por la violenta tormenta”.
Por su parte, en Jujuy, la tormenta afectó las ciudades de Libertador General San Martín y Palpalá. En la primera de éstas, ubicada a cien kilómetros al noroeste de la capital jujeña, evacuaron a 24 personas de distintos barrios humildes para ser trasladados al Centro de Integración Comunitaria (CIC), donde recibieron asistencia médica y permanecen alojados hasta que se retire el agua de sus casas. En Palpalá, el desborde del arroyo Las Martas provocó inundaciones en los barrios La Merced, San Martín y 23 de Agosto. Hasta el cierre de esta edición, delegados de la Coordinación de Emergencia de Jujuy confirmaron 14 evacuados.
La región pampeana también se vio afectada por el temporal. Por otro lado, en la ciudad santafesina de Rafaela, vendavales de 100 kilómetros por hora causaron autos destrozados, voladuras de techos y la caída de más de 300 árboles. Durante la tormenta que cayó el domingo, el servicio de luz estuvo suspendido en casi toda la ciudad, aunque rápidamente los tendidos de tensión fueron reestablecidos por personal de la Empresa Provincial de la Energía. A su vez, el desborde del Río Salto aún mantiene en vilo a la población de la ciudad homónima. Si bien bajó el caudal de agua (el sábado se registró un pico de 9 metros y ayer descendió a 7,70), “350 personas siguen sin volver a sus casas, mientras que 300 autoevacuados emprenden el regreso a sus hogares”, informó el Cuerpo de Bomberos de aquella localidad.
Como si fueran pocos inconvenientes climáticos, la jornada de ayer también tuvo como protagonista un tornado en la ciudad de Trenque Lauquen, sin registrarse ningún herido por los fuertes vientos. El coordinador de Defensa Civil, Nicolás de Paulo, explicó que “se había recibido el alerta de tormentas y granizo pero no imaginábamos algo así”. “Una ola de un tornado que comenzó en la intersección de las rutas 5 y 33 y cruzó la ciudad, provocando destrozos de techos, tinglados y arrancó árboles de raíz. Eran torbellinos de viento, remolinos que giraban y a su paso dieron vuelta un acoplado que estaba estacionado y arrancó un surtidor de combustible de una estación de servicio”, explicó de Paulo.
Por último, en Río Gallegos, capital de Santa Cruz, también se sintió el temporal. En total, en la ciudad cayeron más de 25 milímetros de agua en poco más de diez horas. “No llovía así desde hace 37 años”, aseguró Roberto Giubetich, intendente de Río Gallegos. Por eso mismo, voceros del municipio santacruceño aseguraron que iniciarán una obra hidráulica, con un costo de 500 millones de pesos, para mejorar el desagüe que atraviesa la ciudad.