El ministro del Interior y viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini dijo ayer que si el Gobierno de Francia no se disculpaba por sus críticas a la gestión italiana de la crisis por el barco Aquarius, en el que viajan 629 inmigrantes, Roma podría cancelar la cumbre franco-italiana prevista para este viernes.
“Sin una disculpa oficial (el primer ministro Giuseppe) Conte no haría bien en ir a París”, dijo el líder de la xenófoba Liga Norte a la prensa sobre el encuentro previsto con el presidente Emmanuel Macron. “Nuestra historia de solidaridad, generosidad y voluntariado no se merece un golpe por parte de miembros del Gobierno francés, y espero y pienso que el Gobierno francés va a presentar una disculpa oficial a la mayor brevedad”, aseguró Salvini.
El funcionario también aprovechó para acusar a Francia de no haberse hecho cargo de unos 9.000 solicitantes de asilo de Italia que estaban incluidos en el pacto de distribución de refugiados de la Unión Europea. Al respecto, Salvini urgió al presidente francés a pasar de las palabras a los hechos y a empezar a acoger a los solicitantes de asilo. Previamente, el Ministerio de Exteriores italiano había convocado ayer al embajador de Francia en el país para pedirle explicaciones por las críticas de París.
El martes el portavoz del Gobierno de Macron, Benjamin Griveaux, había dicho que la actuación de Roma fue cínica e irresponsable. A su vez, un portavoz del partido de Macron, el legislador Gabriel Attal, señaló a la emisora pública del Senado que la posición del Gobierno italiano era nauseabunda.
Más tarde, el Gobierno italiano respondió: “No aceptaremos lecciones hipócritas de países que siempre han preferido mirar para otro lado en los asuntos sobre inmigración”.
Desde el ministerio de Exteriores francés se intentó calmar los ánimos ayer y su portavoz subrayó la voluntad de diálogo y cooperación entre Francia e Italia en asuntos de inmigración. La vocera señaló, además, que el gobierno francés es perfectamente consciente de la carga que la presión migratoria hace pesar sobre Italia y de los esfuerzos que hace el país. “Las declaraciones de las autoridades francesas no cuestionan eso ni la necesidad de coordinarnos estrechamente entre los europeos”.
El Aquarius fue rechazado por los puertos italianos el domingo y Roma insistía en que se dirigiera a Malta, algo a lo que a su vez se negaba la isla. Finalmente, España se ofreció a recibirlos y el buque va rumbo al puerto de Valencia. El martes más de 520 migrantes fueron traspasados a dos barcos de la Guardia Costera y la Armada italianas y los tres buques se pusieron en marcha para recorrer la ruta de 1.500 kilómetros hasta el puerto español. Se espera que llegue a tierra española el sábado por la tarde, pero la hora exacta dependerá del tiempo y las condiciones meteorológicas, aseguró Sophie Beau, de la organización humanitaria SOS Méditérranée, que opera elAquarius.
Beau llamó a los países europeos a buscar una solución política a los rescates de inmigrantes en el Mediterráneo, donde en los últimos años han muerto 15.000 personas tratando de cruzar a Europa. “La prioridad es crear una flota adecuada para llevar a cabo acciones de rescate en el mar. Llevamos diciéndolo 28 meses pero nadie nos escucha”, se lamentó Beau. Mientras tanto, la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social española, Magdalena Valerio, afirmó ayer que el Gobierno no descarta otorgar el estatuto de refugiado a los migrantes aunque pidió prudencia. “Prefiero ser prudente y no adelantarme a los acontecimientos, porque cada uno tiene que tener el tratamiento médico, humano y jurídico correcto”, aseguró en una entrevista en la TVE. Asimismo, Valerio resaltó la importancia de la coordinación entre administraciones para la atención de los migrantes, ya que han sido doce comunidades autónomas y 200 municipios los que se han ofrecido voluntariamente a recibirlos.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, afirmó que España puede acoger a los migrantes porque el país está muy lejos de haber cumplido con los cupos que se asignaron cuando estalló la crisis de los refugiados en la Unión Europea (UE). “Podemos perfectamente aumentar el número de personas que recibimos pura y simplemente para cumplir con lo que acordamos”, aseguró y agregó que no les debería dar igual a los socios de la UE el movimiento que ha hecho España, porque pone de manifiesto un problema de fondo que no se resuelve y es que las fronteras exteriores de cada Estado miembro son también comunitarias. “En el pasado hemos dejado a Grecia más bien sola, después a Italia y mañana nos podría tocar a nosotros. De lo que se trata es de llamar la atención sobre un problema que tenemos los europeos, que se manifiesta de manera más grave para algunos, y que hay que hacer frente de manera conjunta”, dijo. La Generalitat Valenciana ubicará en la antigua sede de la Copa América del puerto de Valencia la base logística que coordinará la llegada y acogida de las 629 personas a bordo del Aquarius y de las otras dos embarcaciones. “La disputa por el destino del barco fue profundamente vergonzosa”, señaló por su parte el Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi. “Me avergüenzo como europeo cuando un barco tiene que dar la vuelta y no tiene un puerto en el que pueda atracar”, dijo desde Ginebra. “El rescate en el mar es sagrado, sin importar quiénes se encuentren en el barco”, sentenció el responsable de ACNUR. Desde ayer,otro barco más, esta vez de la Marina estadounidense, con 12 cadáveres a bordo y 41 migrantes rescatados de un naufragio se encuentra en el Mediterráneo esperando instrucciones para poder acudir a un puerto seguro, informó la organización humanitaria alemana Sea-Watch. Por otra parte, ayer sí pudo atracar en Italia otro barco de la Guardia Costera con 900 migrantes. A bordo iban también dos cadáveres, informó en Twitter la ONG Médicos Sin Fronteras. Los rescatados estaban completamente desorientados a su llegada a Catania, en Sicilia. “Algunos ni siquiera sabían que estaban en Italia.”