El Gobierno eliminó ayer el reintegro del 5 por ciento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) para las compras con tarjeta de débito de hasta 1000 pesos. Se trata de la primera medida del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien asegura tener el objetivo de “recuperar el equilibrio” de las cuentas públicas. El titular de la AFIP, Alberto Abad, afirmó que estas devoluciones implicaron para el Estado un costo de 6000 millones de pesos el año pasado e indicó que la idea es concentrar los recursos en sectores de menores ingresos: individuos que cobran asignación universal por hijo y jubilados con el haber mínimo.
El reintegro por el uso del débito había sido implementado a fines del 2001 por el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo. La idea fue impulsar la bancarización y estimular el consumo. La prórroga del beneficio duró 15 años. “Fue algo promocional para que cada vez más individuos estuvieran bancarizados. Sigue habiendo algunas dificultades para integrar a la población al sistema pero ya no es necesario resignar recaudación”, indicó Abad.
El presupuesto 2017, que fue aprobado por el Congreso, contemplaba una partida para esta devolución por unos 7500 millones de pesos. En 2015 se había desembolsado unos 4535 millones para estos reintegros y el año pasado la cifra había ascendido hasta los 6077 millones. El sector público cerró 2016 con un rojo fiscal del 5,0 por ciento del PIB y el ministro de Hacienda plantea medidas para intentar reducir el desequilibrio. Abad en conferencia de prensa fue claro acerca de que la decisión de quitar el reintegro no la tomó AFIP.
En la oposición aseguraron que la medida, lejos de solucionar un problema para las cuentas del sector público, provocará mayor contracción de la economía y, por tanto, de la recaudación asociada con el consumo. “Esto es como aumentar el IVA. Gravando el consumo le cobran a los que menos tienen mientras le perdonan a los grandes evasores con el blanqueo, a los exportadores con las retenciones y a las grandes fortunas bajando bienes personales. Pero suben el IVA. Es fuertemente regresivo”, dijo Axel Kicillof. Agregó que “muestra la mentira y la contradicción con todo el discurso que usaron para la devolución de IVA a jubilados. Esta decisión del Gobierno demuestra además que no quieren fomentar la bancarización”.
La decisión de Dujovne muestra un posible nuevo frente de tensión entre el Palacio de Hacienda y el Banco Central. Desde la autoridad monetaria se pasaron los últimos meses afirmando que uno de sus principales objetivos de gestión era avanzar en la integración de la población al sistema financiero y el fomento de los pagos electrónicos, con el objetivo de reducir las transacciones en efectivo y, por tanto, la posibilidad de evasión ante el fisco. Distintos consultores aseguraron que poner fin al reintegro del IVA para el débito avanza justamente en la dirección contraria. En el Central ya había mostrado una fuerte tensión con el anterior ministro, Alfonso Prat Gay, puesto que no coincidían con el manejo de la tasa de interés.
Los sectores que cobran asignación universal por hijo y jubilaciones mínimas tenían además del reintegro del 5 por ciento una devolución extraordinaria del 15 por ciento del IVA. Este último beneficio se mantendrá y en la AFIP pretenden que cada vez más individuos puedan aprovecharlo con el uso de la tarjeta. En noviembre, según mencionó Abad, se desembolsaron 1367 millones de pesos por la devolución extraordinaria del 15 por ciento. “Ojalá lleguemos a los 6000 millones de pesos. Argentina tiene que privilegiar a los que menos tienen”, dijo el titular de la AFIP.
Las afirmaciones de las autoridades del Gobierno de Macri son contradictorias. Cuando se lanzó en 2016 la devolución del 15 por ciento del IVA a individuos que cobran asignaciones y jubilaciones mínimas se afirmó que la medida iba a permitir fomentar el uso de la tarjeta y la formalización de las ventas. Pero ahora, que se decidió eliminar el reintegro del 5 por ciento para el conjunto de la población, se plantea que la medida no estaba funcionando para promocionar el uso de la tarjeta. Según datos del Central, hay 39.759.678 de tarjetas de débito.
“La devolución venía perdiendo importancia por el monto máximo de 1000 pesos que se arrastraba desde 2011”, dijo el ex presidente del Central, Aldo Pignanelli. Mencionó que “el Gobierno empieza a rascar la lata”. Para el economista, la medida va en contra de la intención de ampliar la base tributaria avanzando en la formalización de la economía. “No ayuda para que las operaciones en los comercios se realicen en blanco”.