Si bien en el Gobierno se negaban a dar una confirmación oficial, desde el oficialismo echaron a correr ayer una decisión que se tomó en un encuentro de la mesa nacional de seguridad: enviar tropas del Ejército y de la Armada a la frontera norte, entre Salta y Misiones, para que den apoyo logístico a la Gendarmería. Se trata de un nuevo paso de la gestión de Mauricio Macri para sumar a las Fuerzas Armadas a hacer seguridad interior. No hubo disposición ni resolución, dado que en el Gobierno interpretan que pueden avanzar con la legislación actual. No obstante, siguen estudiando la posibilidad de modificar un decreto de Néstor Kirchner que plantea que las Fuerzas Armadas solo pueden actuar ante una agresión de otro Estado.
Según pudo saber este diario, el despliegue de tropas se resolvió ayer e implica enviar hacia el norte una cantidad de soldados que irá in crescendo: por ahora, son mil, pero se irá extendiendo hasta llegar a cuatro mil. PáginaI12 consultó a diversas fuentes del Gobierno, y particularmente del Ministerio de Seguridad: ninguna quiso desmentir ni confirmar la decisión. Tampoco hubo una comunicación pública de la resolución, aunque por la tarde el diario Clarín publicó esta misma información de fuentes en off the record. Según este medio, la reunión en la que se decidió contó con la presencia de Macri, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el ministro de Defensa, Oscar Aguad.
Además, estuvo el coordinador de la mesa nacional de seguridad, el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, los secretarios de Seguridad, Eugenio Burzaco, y de Seguridad Interior, Gerardo “Jerry” Milman, además del director de Gendarmería, Gerardo Otero, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Bari del Valle Sosa. Este último es un militar que en el macrismo consideran clave para readecuar a las Fuerzas Armadas a las nuevas funciones que prevén darles.
Si bien el Gobierno no informa con transparencia lo que está haciendo con las Fuerzas Armadas, lo que se pudo saber ayer es que las tropas movilizadas tienen la función de apoyar a la Gendarmería en el control de la frontera y, particularmente, en la lucha contra el narcotráfico. Esto implica que usarán los radares para detectar aeronaves que ingresen al territorio, pero también que tendrán tropas desplegadas en el territorio.
Como había informado este diario, la idea del Gobierno es que las Fuerzas Armadas comiencen a reemplazar a las de seguridad en estas y otras tareas, como la custodia de las centrales nucleares, represas y sitios como Vaca Muerta, para liberar gendarmes para otras acciones. También prevén modificar el decreto 727 de Kirchner, particularmente para levantar la prohibición de las Fuerzas Armadas de actuar ante otras amenazas que no sean un ejército enemigo. En el Gobierno, interpretan que pueden avanzar en esta dirección sin modificar las leyes de Defensa y de Seguridad Interior y citan como ejemplo el Operativo “Escudo Norte” implementado por el Gobierno anterior en 2011.