“Anunciaban diálogo y recibimos violencia institucional”, denunció en diálogo con PáginaI12 Rodrigo Recalde, delegado general de ATE del Ministerio de Educación, que fue agredido por un policía en los pasillos del Palacio Pizzurno cuando intentaba entrar para realizar una asamblea. “Estaban todos los ingresos vallados y atestados de policía, adentro y afuera del edificio”, detalló el dirigente gremial que encabeza el reclamo por la reincorporación de tres mil nuevos despidos.
–¿Cómo comenzó el conflicto?
–El viernes habíamos levantado la permanencia pacífica que se había decidido por los tres mil despidos y lo que veníamos a buscar hoy (por ayer) era la conformación de una mesa de diálogo. Desde las ocho de la mañana estuvimos en el ministerio intentando encontrar alguna autoridad y como no había nadie, a eso de las diez empezamos a organizar la asamblea. Ahí ya vimos que estaban todos los ingresos al ministerio vallados y con fuerte presencia policial. Es decir que de la propuesta de diálogo que (el jefe de Gabinete) Marcos Peña se jactó de anunciar, lo que terminamos recibiendo los trabajadores fue más violencia institucional de parte de las fuerzas policiales, más persecución, más maltrato, más hostigamiento de este gobierno hacia los estatales.
–¿Dónde ocurrió la agresión policial?
–Cuando me acerco al único ingreso que dejaron, un policía de civil que decía que era el comisario y otros dos policías de uniforme me prohíben el ingreso. Me presento, les explico que soy el delegado general de ATE del Ministerio de Educación, que había una asamblea convocada en el Palacio Pizzurno e intento pasar. Nadie me puede impedir a mí, como representante gremial de los trabajadores, el ingreso al edificio. Sin ningún tipo de violencia me dispongo a entrar y ahí es donde me taclean, me tiran suelo, uno de los policías se me tira encima y me pone una rodilla en el pecho. Ahí empiezo a recibir golpes de puño en la cara y siento patadas de un costado que venían de otra persona. Por suerte había compañeros cerca que me pudieron socorrer y sacar al agresor de encima mío.
–¿Le dijo por qué lo habían agredido?
–”Vos te quedas tranquilo”, me gritaba. “Acá van a aprender a respetar a la autoridad que somos nosotros”, me dijo después. Amedrentándonos todo el tiempo. Al agresor lo tenemos grabado y estamos trabajando para identificarlo y hacerle una denuncia. Esto ya está en marcha y nos vamos a presentar ante la Defensoría del Pueblo de la Nación.
–¿Hubo intimidaciones previas de la policía?
–Fue todo una provocación. Empezando por el vallado de los ingresos al edificio y después con la prohibición que nos impusieron de entrar a nuestro lugar de trabajo y al lugar donde teníamos que hacer una asamblea. Éramos trabajadores, representantes gremiales de ATE, pero también de otros gremios y otras juntas internas. Esto estaba armado para provocarnos y hacernos una demostración de fuerza. Las condiciones estaban dadas para que ellos nos repriman: nos metieron en un pasillo, en una covacha, donde aprovecharon para pegarnos, porque también golpearon a otro delegado, Horacio Villareal. Fue en la misma trifulca que recibió los golpes, cuando intentó ayudarme a mi que estaba en el piso siendo golpeado y maltratado. Esto marca lo poco democráticos que son estos tipos que no reconocen a una asociación gremial como ATE, que tiene representación gremial en todo el país.
–¿Habían sufrido situaciones parecidas de represión policial en el último año?
–Sí. Cuando echaron a la gente de plan Conectar Igualdad, estábamos pidiendo la reincorporación de los compañeros y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich empezó a implementar el protocolo de seguridad. Nos tocó a nosotros, un cuerpo de infantería esperaba a los trabajadores. Fue durante la primera oleada de despidos, esa la pudimos detener, pero antes nos tocó primero el protocolo.
–¿Cree que es parte de una política de disciplinamiento del gobierno nacional?
–Sí, por supuesto. Pero además nos quieren cambiar el eje de la discusión. Quieren que nos quedemos discutiendo la represión y el protocolo de seguridad y nosotros vamos por la reincorporación de los despedidos. Por más que lo intenten no nos van a sacar nuestro objetivo que es que no quede un solo trabajador en la calle. Estos vienen con ideas cortas y bastones largos. Todo de la mano de un plan de ajuste que si no lo hacen por las buenas lo van a hacer sin importarles las instituciones ni el estado de derecho. Esta es la reforma que vienen a hacer, la que dice el ministro que quieren hacer la conquista del desierto educativa, cuando dicen que este ministerio es un Falcon 78 o que somos una máquina de hacer chorizos. Esa es la lógica que tienen este gobierno de CEOcrátas que quieren venir a imponernos términos meritocráticos, pero la verdad es que ninguno de ellos tiene una gestión educativa previa: tenemos al gerente de Phillip Morris manejando políticas socioeducativas.