El proyecto de legalización del aborto ya despertó las primeras reacciones encontradas en el Senado. Mientras continúa el poroteo y algunos legisladores empiezan a posicionarse públicamente, las pulseada principal que se libra por estas horas en la Cámara alta es por los tiempos. Ayer el jefe del Interbloque Argentina Federal, Miguel Pichetto, mantuvo una breve reunión con el macrista Federico Pinedo, en la que habrían alcanzado un principio de acuerdo para que la votación se realice entre 3 y 4 semanas luego del inicio del tratamiento en comisiones. Sin embargo, para que arranque a contar ese plazo todavía falta: recién el martes próximo habrá un encuentro de presidentes de bloque para resolver a qué comisiones será girado ya que los opositores a la iniciativa quieren darle intervención a un número mayor para dilatar la discusión. “Va a haber plazos que seguramente no serán largos por que ya hubo un debate previo y de ese debate quedaron las dos posturas fundamentadas, por tal motivo no creo que sea largo el plazo”, adelantó el radical jujeño, Mario Fiad, titular de la comisión de Salud, una de las que seguro tendrá participación.
Mientras se esperaba ayer que Emilio Monzó mande la media sanción aprobada el jueves a las 10 de la mañana para que ingrese formalmente el proyecto al Senado (algo que puede demorar minutos cuando existe voluntad política), ya comenzó la disputa por el manejo del trámite legislativo entre los distintos sectores.
“Nos tenemos que permitir el tiempo necesario para poder debatir y convencer a nuestros pares, incluso llevar el tema a las provincias y si insisto en reclamar un debate profundo, en lugar de un trámite exprés, es porque es un tema de vida o muerte y hay que hablar seriamente, sin chicanas ni ironías”, aseguró la radical tucumana, Silvia Elías de Pérez, una de las abanderadas de Cambiemos en contra de la legalización. Su postura es compartida por su compañera jujeña Silvia Giacoppo y por la porteña Marta Varela (PRO). “¿Por qué el apuro? Hay diferentes posturas y no es un tema menor. Tiene que pasar por las comisiones que tenga que pasar y no podemos tratarlo a las apuradas”, completó Giacoppo, revelando la estrategia dilatoria. Por lo pronto, el dictamen sería girado a Salud; Justicia y Asuntos Penales, presidida por el peronista Pedro Guastavino y Legislación General, encabezada por la santiagueña Ada Iturrez de Capellini. Gabriela Michetti impulsaba la idea de sumar Presupuesto y Hacienda, liderada por un cruzado antiderechos: Esteban Bullrich. Como muestra clara de que el tema rompe los alineamientos partidarios, el peronista José Mayans también pidió alargar el debate: “Por más que haya 70 votos a favor, es un tema muy profundo y hay que dar una discusión profunda”, afirmó el formoseño, de fuertes convicciones católicas.
Consultado por medios jujeños, Fiad evitó opinar ayer sobre el proyecto dada su condición de titular de comisión, aunque respaldó la postura de no extender por demás el debate. Lo mismo hizo Guastavino, quien si bien no explicitó su voto, se animó a deslizar que la iniciativa pasará exitosamente por la Cámara alta. “Tengo la sensación de que se va a terminar aprobando”, sostuvo.
Desde el kirchnerismo ya habían solicitado formalmente la reunión de jefes de bloque “para acordar el tratamiento y que no se genere ningún tipo de dilación y que ni bien ingrese a la Cámara se dará giro a algunas comisiones”. “La sociedad argentina se ha expresado en las calles y hay una demanda muy fuerte del colectivo de mujeres frente a este tema. El Senado tiene que estar a la altura de la historia como lo ha estado la Cámara de Diputados donde se han escuchado todas las voces”, aseguró la santafesina Marilín Sacnún, integrante de esa bancada, la única de más de dos miembros que votará totalmente a favor.
En este contexto, otros senadores comenzaron a tomar posición respecto del proyecto en sí. La peronista entrerriana Sigrid Kunath ratificó que acompañará la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo ya que “tiene que ver con cómo igualamos oportunidades y derechos”. “Este es un tema de la salud pública, en el cual debemos tener una mirada atenta a lo que sucede con las mujeres que terminan con complicaciones o en la muerte por estos abortos clandestinos”, argumentó ayer. Su posición podría ser también un indicio de la posición de Guastavino, compañero de bloque y de provincia con el que comparte la mayoría de las votaciones.
El misionero Maurice Closs marcó una posición intermedia. Se mostró “a favor de despenalizar pero con algunas objeciones respecto a recursos que demandará a las provincias en un contexto que Nación no manda recursos para salud mental, lucha contra dengue y otras áreas más de la salud”. La posibilidad de introducir cambios haría que el proyecto vuelva a Diputados, algo resistido por los que impulsan la iniciativa dado el riesgo que podría implicar una nueva sesión con un resultado tan ajustado.