“Esta semana hemos visto nuevamente turbulencias en el mercado cambiario y entendemos que eso lleva preocupación”, dijo ayer el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en un intento de inspirar confianza en el mercado. En lo inmediato, Dujovne falló, porque el dólar ayer subió 41 centavos hasta los 28,85 pesos. Luego de la salida del Federico Sturzenegger del Banco Central y su reemplazo por Luis Caputo, que se desempeñaba como ministro de Finanzas, Dujovne presentó sus argumentos para convencer a los inversores para que no sigan dolarizando sus carteras. También dijo que recibió “el apoyo del FMI” ante los cambios en el Central. “El programa económico del gobierno de Mauricio Macri sigue siendo el mismo”, aseguró el ministro.
En una conferencia de prensa en el microcine del Palacio de Hacienda, el ahora superministro sostuvo que a partir del próximo miércoles –cuando el directorio del FMI apruebe el salvataje a la Argentina– el BCRA percibirá 7500 millones de dólares que irá vendiendo en el mercado por cuenta del Tesoro a medida que se requieran los pesos para cubrir las necesidades fiscales. Los otros 7500 millones que completan el primer desembolso del FMI irán a fortalecer las reservas del BCRA. Dujovne no respondió una consulta sobre la posibilidad de lanzar un nuevo blanqueo fiscal para engrosar los ingresos públicos en el marco del ajuste.
En un mercado cambiario que está casi plenamente comprador, es decir que no hay ofertas de parte del BCRA ni de privados, el mensaje de Dujovne apuntó a subrayar que próximamente aparecerá la oferta. Sin embargo, en las horas siguientes a la conferencia de prensa, el billete retomó su raid alcista. Dujovne dijo que “trabajamos con el nuevo presidente del Banco Central -en relación a Luis Caputo– para normalizar el funcionamiento del mercado de cambios y suavizar los movimientos de los últimos días”.
Uno de los motivos que impulsa la cotización del dólar es la idea de que el acuerdo con el Fondo incluye como exigencia una menor intervención del Banco Central en el mercado cambiario. Al mismo tiempo, el Central no paró de emitir señales contradictorias: el martes de esta semana, Sturzenegger vendió casi 700 millones de dólares de reservas internacionales y dejó el dólar a 25,75 pesos, pero en jornadas posteriores le permitió avanzar hasta llegar, al momento de su renuncia, a los 28,44 pesos. “La flotación del tipo de cambio puede tener intervenciones del BCRA, así lo hemos acordado con el Fondo. Lo que hemos ratificados en el acuerdo con el FMI es un esquema de flotación en el cual el BCRA puede intervenir”, dijo ayer Dujovne. En términos formales, el esquema al que alude Dujovne y que regirá en la gestión de Caputo es igual al de Sturzenegger.
“Anoche hablé con la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, y otros funcionarios del organismo, les ratificamos que el programa no se altera y recibimos su apoyo ante los cambios que estamos llevando adelante”, dijo Dujovne en relación a la designación de Caputo. “La volatilidad de la moneda responde a varios factores y uno de ellos es la confianza. Hemos dado un paso fundamental con la designación del nuevo presidente del Banco Central. La confianza se recupera porque detrás hay un programa que prevé la aceleración de la convergencia al equilibrio fiscal y por los desembolsos del Fondo”, agregó.
Mientras el Gobierno subraya el tema de la independencia del Banco Central, Sturzenegger renunció y un miembro del Ejecutivo, y de estrecha relación con Macri, asumió el liderazgo de la autoridad monetaria. De hecho, anteayer se conoció la carta de intención del acuerdo entre la Argentina y el FMI, en donde el Gobierno se compromete a incrementar el grado de independencia del organismo, y casi en simultáneo se produjo el cambio de figuritas en el BCRA. “No creo que la presencia de un ex miembro del Ejecutivo en el BCRA viole la independencia. Una vez que se designa, tiene toda la independencia. Próximamente vamos a mandar al Congreso el nuevo proyecto de independencia del Banco Central”, dijo Dujovne.
El ministro también resaltó el proceso de recompra de Lebac por parte del BCRA, que obtendrá la liquidez necesaria a través de la colocación de un bono al Tesoro. “Las Lebac son una fuente de emisión monetaria que contribuye a la turbulencia en el mercado de cambios”, señaló el funcionario y también resaltó el “cambio histórico que implica eliminar las transferencias de dinero del BCRA al Tesoro”. Dujovne también mostró su teoría del endeudamiento: “el acuerdo con el FMI no aumenta el endeudamiento, sólo reemplaza deuda cara y escasa por otra estable y más barata”.