La carta está fechada en Buenos Aires, en el último día del año 2016. El texto está dirigido a POTUS, la sigla que para los mails utiliza el President of TheUnitedStates, es decir Barak Obama. La firma es del embajador de Estados Unidos en la Argentina, Noah Mamet. El contenido de la carta es categórico: Mamet presenta su renuncia al cargo de embajador en la Argentina, con vigencia al 20 de enero próximo, al mediodía. Esa tarde asume Donald Trump: en la Embajada de los Estados Unidos sostienen que todos los embajadores presentan sus renuncias por protocolo y la tradición es que le acepten la dimisión a los que son embajadores políticos --como Mamet-- y se la rechacen a los de carrera. En el entorno de Mamet cuentan que a partir del 20 de enero se tomará un par de meses de vacaciones y luego volverá a la Argentina porque tiene la decisión tomada de vivir en el país. Sobre esto último no hay una comunicación oficial, pero es lo que el embajador le contó a sus amigos.
En la carta, Mamet reitera en dos párrafos que ha trabajado bajo el liderazgo de Obama y que está muy satisfecho con sus dos años de gestión. El embajador recuerda que no llegó en el mejor momento, el 15 de enero de 2015: tres días después aparecía muerto el fiscal Alberto Nisman.
Sin embargo, Mamet resalta que en los dos años exactos que estuvo en el país la relación Argentina-Estados Unidos mejoró mucho porque, según él, hay un vasto campo científico y cultural por el que avanzar. Surge tácitamente del texto que Estados Unidos está más cómodo hoy con el gobierno de Mauricio Macri que con el de Cristina Fernández de Kirchner. No es casual que Obama haya visitado a la Argentina en marzo del año que acaba de terminar, en un claro gesto de apoyo a la nueva administración.
Las razones de la renuncia del embajador son obvias. Mamet es demócrata y fue uno de los principales fundraisers, recaudadores, de la campaña para la reelección de Obama en 2012. No se trata de un embajador de carrera, sino de un hombre que viene del mundo empresario. Mamet es el dueño de una consultora en California, especialista en vincular a empresas con sectores del estado norteamericano. Por ejemplo, fue lobbysta de algunos de los grandes proveedores de los proyectos tecnológicos.
Lo llamativo es que Mamet tiene decidido vivir en la Argentina, aunque todavía no lo hizo público oficialmente. El 16 de enero habrá una fiesta de despedida en la residencia del embajador, sobre la avenida Libertador. Es una recepción que le hacen los empleados de la embajada y el consulado. Luego se tomará dos meses de vacaciones. Una de sus aficiones es recorrer países en moto, de manera que seguramente se dedicará a eso después de dejar el cargo. En el verano pasado hizo miles de kilómetros por toda la Patagonia.
El proyecto de Mamet es seguir haciendo en la Argentina lo que hacía en Califormia, antes de ser embajador. Vincular empresas de nivel tecnológico con proyectos a realizarse en los Estados Unidos y en la Argentina. Pero quienes lo conocen sostienen que no viene a vivir al país porque ve oportunidades de negocios, sino porque la pasó muy pero muy bien en Buenos Aires.